Sánchez Dragó es un pedófilo

Lo admite él mismo en su último libro que recoge las conversaciones entre el propio Dragó y el artista Albert Boadella.

Este nuevo libro se titula “Dios los cría… y ellos hablan de sexo, drogas, España, corrupción…” y lo ha publicado la editorial Planeta.

En la página 164, Dragó reconoce que practicó sexo con dos niñas japonesas, de 13 y 14 años, en Tokyo en 1967, cuando él tenía 31 años, y lo relata sin una mínima muestra de arrepentimiento ni pena, sino más bien fanfarronea sobre ello con una exacerbada arrogancia y aires de superioridad.

Concretamente en el libro dice que: “en Tokio, un día, me topé con unas lolitas, pero no eran unas lolitas cualesquiera, sino de esas que se visten como zorritas, con los labios pintados, carmín, rimel, tacones, minifalda… Tendrían unos trece años. Subí con ellas y las muy putas se pusieron a turnarse. Mientras una se iba al váter, la otra se me trajinaba”.

El crimen de pederastia que cometió Sánchez Dragó, practicando sexo con dos niñas, ha prescrito, y admite confesarlo ahora admitiendo ser consciente de que no se le puede juzgar por ello a día de hoy.

“Ésas – ahora hay muchas – que se visten como zorritas, con los labios pintados, carmín, rímel, tacones, minifalda… (…) si en aquel momento me hubieran pedido que firmara un cheque por el total del poco dinero que tenía entonces, lo hubiese firmado sin pestañear.” Así justifica su abominación y la que practiquen otros hombres con menores.

Es por todos conocido la existencia del turismo sexual, sobre todo por parte de los pedófilos que en sus países son un dechado de virtudes y decencia, y luego van a países pobres a abusar de niños, alimentar el tráfico humano y explotación sexual de mujeres y niños. Venir a vanagloriarse sin ningún tipo de vergüenza o arrepentimiento, y que pueda ser admitido y tolerado por una sociedad occidental, ya que para colmo este “señor” escribe en prensa, y sale en TV, es indignante, este “señor” merece el olvido de todos y la condena que merece, prescrita o no, hay delitos que no caducan y hacer proselitismo de ello también debe ser delictivo.

Fuente: Tribuna de Europa