Moshé Katsav, el que fuera presidente de Israel entre 2004 y 2007, ya es oficialmente un violador. Tras más de dos años de investigación y un juicio de quince meses, ayer era declarado culpable de dos delitos de violación perpetrados contra una funcionaria del Ministerio de Turismo, que dirigió de 1996 a 1999, y de abusar y acosar sexualmente a otras dos empleadas ya durante su periodo al frente de la Presidencia.
Katsav, de 65 años y padre de 5 hijos, dimitió en junio de 2007 como consecuencia de las intensas presiones políticas y sociales. En todo momento se ha declarado inocente y víctima de una «caza de brujas». Pero el tribunal, encabezado por el juez árabe cristiano George Karra e integrado por otras dos jueces, ha sido tajante en su veredicto. En él se considera demostrado que el acusado «aprovechó de su autoridad y de la fuerza física» para forzar a las mujeres, que sus testimonios en el juicio estuvieron «plagados de mentiras» y que «fabricó pruebas en todo momento» para eludir la culpa. Por ello también ha sido condenado por abuso de poder, obstrucción a la Justicia y acoso a testigos.
Independencia judicial Según el ordenamiento israelí, el que fuera jefe del Estado se enfrentaría sólo por cada violación a entre 4 y 16 años de cárcel. En declaraciones a ABC, el vicepresidente del Colegio de Abogados de Jerusalén, León Amiras, dio por seguro que «habrá un ingreso en prisión mayor o menor», que podría estar en torno a los diez años. «Aquí las leyes se acatan y se cumplen», añadió, y recordó el caso reciente de Erez Efrati, antiguo guardaespaldas del jefe de los Ejércitos de Israel, que pasa 8 años entre rejas y tendrá dos de libertad provisional tras haber sido sentenciado en julio por una agresión sexual en grado de tentativa.
Voces como la del analista del diario Haaretz Zeev Segal lamentaban ayer que Katsav, que ha ejercido el papel de presidente considerado ceremonial, pero también un símbolo de moralidad y unidad nacional «ha contaminado de vergüenza la democracia de Israel». Por el contrario, Amiras subrayaba que esta incriminación «demuestra que este país no esconde nada debajo de la alfombra» y que su Justicia «ha dado un ejemplo de independencia».
Benjamin Netanyahu, primer ministro y líder del mismo partido Likud al que pertenece Moshe Katsav dijo que ayer era «un día triste para Israel».
Katsav podrá apelar en segunda instancia ante la Corte Suprema.
Fuente: ABC
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jueves, 24 de marzo de 2011
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