Dos noticias relevantes en referencia a la libertad de expresión, la represión política, la persecución profesional y la criminalizació n mediática.En primer lugar, Ernst Zündel ha sido liberado. Su caso figurará como el impresionante testimonio de un hombre que prácticamente solo experimentó el estado en que se encontraba el
Sus vicisitudes con la "justicia" alemana servirán para ilustrar hasta qué punto pesaba el relato holocáustico, su sacralización obligatoria por parte de lobbies vengativos y la arrogancia incontenible de esas organizaciones capaces de condicionar los marcos legislativos de naciones pseudo-soberanas, culturalmente colonizadas y psicológicamente postradas.
Un prisionero de conciencia en toda regla que por delitos de opinión ha pasado 7 años encarcelado.
El Ministro de Seguridad Publica de Canadá, Vic Toews, una vez supo que había sido liberado de la prisión de Mannheim anunció que no se le permitirá volver a Canadá. "En 2005 una corte federal confirmo que en base a criteriso de seguridad, la presencia de Zundel es inadmisible por ser un peligro para la seguridad de Canadá" Deber ser muy peligrosa esta persona de 70 años para tener que tomar tales medidas...
"Esta decisión refuerza la posición de Canada de que este país no sera un paraíso seguro para aquellos que suponen un riesgo para la seguridad nacional de Canadá".
Zundel tras salir de prisión, donde fue recibido por un grupo de simpatizantes y amigos, dijo a los periodistas que volverá a su casa en la selva negra para mejorar su salud.
Ernest Zundel llegó a Canadá en 1958, y estableció una compañía editorial. En el año 2001 se trasladó a Tennessee en los EE.UU, pero los EE.UU. le deportaron a Canada en 2003, y tras esto las autoridades canadienses le declararon una amenaza para la seguridad nacional y le deportaron a su Alemania natal, donde a llegar fue arrestado y condenado por 14 delitos de opinión.
Más detalles de sus primeras hora fuera de prisión aquí: Zundel Site
Por otro lado, el profesor Antonio Caracciolo, cuyo caso surgió hace unos meses a raíz de una campaña mediática organizada por un medio demopolicial del progresismo rampante italiano, ha salido airoso de las acusaciones contra él formuladas. O, mejor dicho, tales acusaciones no han podido traducirse en consecuencias profesionales como las buscadas por los lobbies de la persecución que exigían medidas contudentes en su contra.
En palabras del profesor Claudio Moffa "una derrota del extremismo holocáustico" aunque matiza que, en parte, el caso Caracciolo no despeja las nubes que se ciernen sobre la libertad de enseñanza e investigación en la actualidad. El balance de Moffa se encuentra aquí.
La primera es una buena noticia. No porque ya se ha hecho justicia sino porque el protagonista de un caso clamoroso de injusticia selectiva abandona por el momento la situación vivencialmente inconcebible que le han hecho pasar.
La segunda no es una mala noticia: los profesionales de la delación y los censores vocacionales no han alcanzado plenamente sus objetivos de aniquilación civil completa de quienes no siguen su discurso monocorde.
Extraído de Nuevo Orden
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