La Multicultural Casa de Campo

Pedradas, golpes, heridos y detenciones. Una intervención de la Policía Municipal en las proximidades del Lago de la Casa de Campo terminó ayer con cuatro detenidos y cuatro agentes heridos tras un enfrentamiento con los comerciantes callejeros de comida típica -sin control sanitario- que se apostan en la zona cada fin de semana. De un lado, cinco patrullas de agentes municipales. Del otro, unas 160 familias de origen ecuatoriano que se dedican a la venta y cientos de clientes, casi todos compatriotas.

La trifulca se originó alrededor de las 16.15, cuando todos los vendedores llevaban horas instalados junto al campo de fútbol -algunos con hornillos de gas para calentar la comida-. La llegada de varias patrullas municipales levantó una estampida ente los comerciantes, que trataban de huir con la comida en carritos de bebé.

Como viene ocurriendo desde hace un mes, se empezó a confiscar el género que había quedado abandonado. Uno de ellos se resistió y fue trasladado por un agente hasta un coche patrulla para identificarle. En el trayecto dio una patada al policía, se zafó y salió corriendo hacia donde estaban el resto de vendedores. Intentó confundir a los agentes cambiándose de camiseta con otros, según fuentes del caso. La policía fue hacia el grupo y cuando le localizó, empezó la trifulca, según fuentes del caso. Se organizó una pequeña melé y empezaron los golpes por ambos lados. Varios comerciantes comenzaron a lanzar piedras a los agentes, todos sin cascos. Una detenida golpeó por detrás aun agente con una piedra en la cabeza. Le provocó una brecha que precisó cuatro puntos internos y otros cuatro externos. Otros tres fueron atendidos por contusiones y golpes con palos, uno de ellos en plena nariz.

El control de la situación era muy complicado. Entre los vendedores había niños, mujeres y personas mayores, por lo que no era aconsejable el material antidisturbios. Ante la lluvia de piedras, los agentes, desprovistos de escudos, tuvieron que refugiarse en los coches patrulla.

Aunque el Samur no atendió a ninguno de los ecuatorianos, según un portavoz, fueron decenas los que declaraban haber sido golpeados por los agentes. "Me han empotrado la cara contra el coche patrulla", decía Marta. "Nos rodearon a mi chico y a mí. No nos dejaban sacar la documentación. Nos empujaban y mandaban callar", denunciaba Soraya.

Tras la llegada de más efectivos se recuperó el control de la situación. "Han tenido que venir patrullas de todo Madrid", señaló un agente. Detuvieron a cuatro personas por resistencia y atentado a la autoridad. Varios cordones policiales evitaban la entrada de más personas y la salida de los vendedores. "Nos sentimos avasallados y acosados. Somos gente humilde. Queremos legalizarnos", decía René, portavoz de los comerciantes.

EL APUNTE

Detenido un fotógrafo por desobediencia

Varios profesionales cubrieron la noticia momentos después del enfrentamiento de los comerciantes con la policía. El fotógrafo Eduardo León, colaborador del periódico 'Latino' y de 'Diagonal', fue detenido cuando intentaba fotografiar la situación. Según relató su novia, que le acompañaba en ese momento, le pidieron identificarse. "Yo llevaba sus documentos pero no me dejaron sacarlos, se lo llevaron agarrado con el equipo a rastras".

Fuente: ADN