“…tenemos que lograr unir el mundo para salvar la Tierra, nuestra Tierra; en la que viven pobres, demasiados pobres, y ricos, demasiados ricos; pero la tierra no pertenece a nadie, salvo al viento”. José Luís Rodríguez Zapatero, cumbre de Copenhague.Sí, así es, amigos. En esta soberbia exposición descansa la totalidad de la doctrina infantilista/utópica del pseudogobierno progresista. ¿Hay demasiados ricos? no será en la España zapateril, donde el marisco navideño nos lo tenemos que pintar. Pero, en fin, que puestos a representar el papel de hombre trascendente y espiritual, depositario de una sabiduría milenaria y tradicional, mezcla de Gandalf y Miyagi, con un toque de venerable jefe indio, que nuestro presidente parece querer adjudicarse, es aconsejable que el individuo en cuestión posea una capacidad intelectual superior a la de un protozoo y una categoría moral, como mínimo, mayor que la de una bacteria; si no, se corre el riesgo de hacer un sonoro ridículo.
Caso que no es ni de lejos el de nuestro ilustrísimo presidente, una eminencia, dotado de una agudeza refinadísima; tanta que hemos tenido que analizar su discurso pormenorizadamente, durante horas, para deducir el verdadero significado de este complejo mensaje cifrado. Y, pásmense, este ha sido el resultado.
Lo dicho, una eminencia. Siga así presi.
Joaquín Verdú
Asociación Alfonso X
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