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Estos datos aparecen en un libro que sale hoy a la venta, Wiesenthal, la biografía, del historiador y periodista israelí Tom Segev, que también revela que Israel se implicó más en la captura de los refugiados nacionalsocialistas de lo que se conocía anteriormente.
Cuando se creó el Estado de Israel, es decir, se dio comienzo al robo, expolio y genocidio palestino, fue reclutado para trabajar con el predecesor del Mosad, el departamento de estado del Ministerio de Exteriores. Aunque no era israelí, recibió un pasaporte israelí con el que permaneció en Austria.
Su principal misión era facilitar pistas sobre los nacionalsocialistas refugiados, aunque también pasaba información sobre otras personas. El Mosad, a cambio, le pagaba unos 300 dólares al mes en efectivo. En 1984, los comunistas checos le acusaron de pertenecer a los servicios secretos israelíes, aunque nunca se confirmó.
Fuente: Tribuna de Europa
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