AMO MI NACIÓN, ODIO MI ESTADO.
Pocas veces 6 palabras han tenido tanto contenido. Pocas veces a lo largo de la historia de España y de Europa el Estado ha defendido los intereses de la Nación. La identidad y orgullo de los pueblos, de las naciones, han sido manipulados por los sistemas políticos; llámesen estados, reinos, principados, repúblicas, comunidades autónomas... o como quiera que se denomine al mismo conglomerado de corrupción, bajeza moral, degeneración, traición, egoismo y cobardía, a las órdenes siempre de intereses bastardos ávidos de poder y dinero.
Cuántas veces esta purria plutocrática ha enfrentado pueblos hermanos, naciones hermanas, ¡hermanos de sangre! solo para legitimar su indigna existencia.
Habrá quién se queje de que la bandera nacional no ondee en determinados edificios oficiales; a nosotros nos crea acidez de estómago ver nuestra bandera colgada en esos nidos de especulación y latrocinio, en las hombreras y gorras de mercenarios sin honor, pendones históricos manoseados por gente que no merece levantar la vista del suelo.
A modo de escenificación reafirmativa del lema de la campaña, una vez más los empleados (que no servidores) públicos trataron de impedir que un puñado de patriotas se expresara con libertad en su propio país. Una vez más les decimos que lo seguiremos haciendo.
Asociación Alfonso X
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