Una sentencia vergonzosa.

Ya ha salido la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Madrid condenando a 26 años de cárcel a Josué por la muerte del skinhead antifascista Carlos Palomino.

No quiero entrar en disquisiciones y legalidades aburridas pero quien pueda echar un vistazo a la sentencia podrá ver varias cosas: afirmaciones absurdas y carentes de sentido, amplia cobertura a los plateamientos realizados por los antifascistas y por el Movimiento contra la Intolerancia (agravante de odio ideológico), etc, etc.

Otra cosa que hay que señalar con esta sentencia es la lejania del mundo de la judicatura con la realidad de la calle: leyendo esta sentencia se ve claramente que Josué debería haberse dejado apalear por la turba antifascista, porque no nos engañemos ellos actuan así y más cuando van en grupo. Seguramente le habrían matado o causado heridas y contusiones de extrema gravedad pero lo que esta claro es que su muerte no hubiera llenado tantas horas de televisión ni tantas hojas en la prensa nacional por tratarse de un militar patriota y no de un cachorro del sistema.

Al haberse defendido de un ataque inminente de la manera más rápida y clara le ha caido todo el peso no de la ley, si no del odio de todos: tanto de los periodistas que desconocen las palabras objetividad y parcialidad, grupos antifascistas cobardes que aún sabiendo como actúan ellos y que Carlos era uno de esos violentos de las Brigadas Anti-Fascistas han estado mintiendo y engañando deliberadamente durante todo el proceso. Y como no el odio de los jueces y tribunales que una vez más vuelven a ceder ante los planteamientos descabellados y chantajes de la izquierda más rancia y violenta que nos rodea.

Con los muertos patriotas, con los nuestros, a manos de antifascistas no habido nunca tanta repercusión, ni cobertura mediática, ni condenas tan duras (en los caso que habido condena que en muchos otros se les ha absuelto, caso de Rafael Ballarín publicado en varias webs).

Otra sentencia que intenta atarnos de manos ante los ataques violentos y coordinados de los valientes antifascistas, de sus famosos "silbatos" afilados que no dudan en usar a la más mínima y que pone en entredicho el término Justicia tan cacareado por los memócratas de turno.

Pero una cosa esta clara: mejor defenderse con lo que se tenga a mano antes estos ataques cobardes y premeditados que tu madre tenga que llevarte flores a la tumba porque tuviste miedo a defenderte o a entrar en la cárcel.