El 29 de noviembre de 1947 la Asamblea General de las Naciones Unidas, reunida en Nueva York, aprobó la Resolución 181, la cual recomendaba un plan para resolver el conflicto entre judíos y árabes en la región de Palestina, que se encontraba en esos momentos bajo administración británica. El plan de la ONU proponía dividir la parte occidental del Mandato en dos Estados, uno judío y otro árabe, con un área, que incluía Jerusalén y Belén, bajo control internacional. La incapacidad del gobierno británico para llevar a cabo este plan, junto con la negativa de los países árabes de la región a aceptarlo, tuvo como consecuencia la guerra árabe-israelí de 1948
Creación del plan.
La Organización de las Naciones Unidas nombró un Comité Especial para Palestina con la misión de resolver la disputa entre judíos y árabes de Palestina, la UNSCOP, compuesto por representantes de once países. Para garantizar la neutralidad de este comité, se decidió que ninguna de las grandes potencias estuviera representada. Después de varios meses de auditorías y encuestas sobre la situación en Palestina, la UNSCOP emitió un informe oficial el 31 de agosto de 1947. La mayoría de los países de la comisión (Canadá, Checoslovaquia, Guatemala, Holanda, Perú, Suecia y Uruguay) recomendó la creación de dos estados separados, uno árabe y otro judío, con Jerusalén bajo administración internacional. Australia se abstuvo, y el resto de los países de la comisión (India, Irán y Yugoslavia) apoyó la creación de un único estado que incluyera ambos pueblos.
El 29 de noviembre de 1947, la Asamblea Plenaria de la ONU votó el plan de partición recomendado por la UNSCOP, siendo el resultado final de 33 votos a favor, 13 en contra y 10 abstenciones, a la vez que hizo ajustes en los límites propuestos entre los dos estados. La partición tendría efecto a partir de la retirada de los británicos. La resolución no contemplaba ninguna disposición para ejecutar el Plan, lo cual tuvo consencuencias a la larga, ya que no fue posible aplicarla. Los Estados Unidos y la Unión Soviética estuvieron entre quienes votaron en favor de la resolución.
Votación de la Resolucion
Los 33 países (58%) que votaron a favor de la resolución 181 fueron: Australia, Bélgica, Bielorrusia, Bolivia, Brasil, Canadá, Checoslovaquia, Costa Rica, Dinamarca, República Dominicana, Ecuador, Estados Unidos, Filipinas, Francia, Guatemala, Haití, Holanda, Islandia, Liberia, Luxemburgo, Nueva Zelandia, Nicaragua, Noruega, Panamá, Paraguay, Perú, Polonia, Suecia, Sudáfrica, URSS, Ucrania, Uruguay y Venezuela.
Los 13 países (23%) que votaron contra la resolución 181 fueron: Afganistán, Arabia Saudita, Cuba, Egipto, Grecia, India, Irán, Iraq, Líbano, Pakistán, Siria, Turquía y Yemen.
Los países que se abstuvieron fueron 10 (el 18%): Argentina, Colombia, Chile, China, El Salvador, Etiopía, Honduras, México, Reino Unido y Yugoslavia. Tailandia estuvo ausente en la sesión plenaria.
En ese entonces 57 estados eran los miembros de las Naciones Unidas, (hoy son 192). El mayor bloque lo constituían los 20 estados latinoamericanos (35% del total). Los países árabes e islámicos eran diez. Los países de Europa Occidental eran ocho. Los países comunistas eran seis. Los 14 estados restantes los constituían los Estados Unidos, Canadá, China, Sudáfrica, Etiopía, entre otros.
La mayoría (13) de los 20 países latinoamericanos votó a favor de la partición. Seis países se abstuvieron y solo uno (Cuba, bajo la presidencia de Ramón Grau San Martín) votó en contra.
Los diez países árabes o islámicos votaron unánimemente en contra.
Cinco estados comunistas votaron a favor de la partición, con la abstención de Yugoslavia.
Reacciones al plan
La mayoría de los habitantes judíos celebraron el plan para la creación de un estado judío, pero criticaron la falta de continuidad territorial del mismo, dividido en tres zonas separadas por vértices que lo hacían muy poco viable (y difícil de defender), al igual que el territorio asignado a los árabes. Los líderes árabes se opusieron al plan argumentando que violaba los derechos de la población árabe, la cual en ese momento representaba el 67% de la población total (1.237.000 habitantes), criticando además que la mayor parte de la tierra (el 54%, incluyendo el desierto del Néguev, que suponía el 45% de la superficie de todo el país) se adjudicaba al Estado judío, que consistía en el 33% de la población.
Apenas dos semanas después de aprobarse la resolución de la ONU, en una reunión pública celebrada el 17 de diciembre, la Liga Árabe aprobó otra resolución que rechazaba frontalmente la de la ONU y en la que advertía que, para evitar la ejecución del plan de partición, emplearía todos los medios a su alcance, incluyendo la intervención armada. La amenaza árabe, que finalmente cumplió, no tuvo ninguna respuesta por parte de Naciones Unidas.
El Reino Unido se negó a aplicar el plan de partición, argumentado que era inaceptable para las dos partes implicadas. Además rechazó compartir la administración de Palestina con las Naciones Unidas durante el periodo de transición recomendado por el plan, y abandonó Palestina el 15 de mayo de 1948, fecha en que expiraba el mandato británico y un día después de que Ben Gurión leyese la Declaración de Independencia en el museo de Tel Aviv (declaración que se adelantó un día a la salida del alto comisario británico para que no coincidiese con el shabat). En esa misma sesión del Consejo del Pueblo se aprovechó para derogar las leyes represivas y antiinmigratorias del Mandato Británico.
Fuera de Palestina y del mundo árabe, el nacimiento del Estado judío encontró un apoyo universalmente favorable, tanto en Occidente como en el bloque del Este. La Liga Árabe, sin embargo, a través de su secretario general, Azzam Pachá, lanzó esta advertencia anunciando la inminente invasión árabe: «Será una guerra de exterminio, una terrible matanza, comparable a los estragos de los mongoles y a las Cruzadas.» El futuro jefe de la resistencia palestina, Ahmed Chukeiry, afirma que la invasión tiene como objetivo «la eliminación del Estado hebreo» y la universidad islámica de El Cairo proclama la guerra santa contra el sionismo. En la noche del 15 de mayo de 1948, los ejércitos de Egipto, Transjordania, Siria, Líbano e Iraq cruzaron las fronteras y comenzaron la invasión del flamante Estado de Israel. La primera guerra árabe-israelí había comenzado.
Información disponible en http://es.wikipedia.org/wiki/Plan_de_la_ONU_para_la_partici%C3%B3n_de_Palestina_de_1947
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