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domingo, 13 de septiembre de 2009

Cuando por el origen de tu apellido vives con miedo...

(Marc Vermeeren uno de los enfermizos acosadores)

Un funcionario de aduanas y un periodista han logrado descifrar en Bélgica el ADN de Adolf Hitler, un secreto nunca antes revelado que ahora permite identificar genéticamente a cualquier familiar del dictador alemán.

Desenmarañando su árbol genealógico, analizando colillas de cigarro olvidadas en un pueblecito de la Baja Austria, una servilleta de papel usada en un fast food de Nueva York o los sellos de cartas enviadas hace más de 30 años desde el norte de Francia, Marc Vermeeren y Jean-Paul Mulders ya han dado con 39 parientes del Führer vivos.

Tres bisnietos del padre de Hitler, Alois, aún se esconden en Long Island (Nueva York, EEUU) bajo el apellido falso Stuart-Houston. Louis y Brian comparten una casita de madera en East Patchogue, donde trabajan como jardineros, mientras que Alexander es un psicólogo retirado que ayudaba a los veteranos de otra guerra, la de Vietnam, y vive en East Northport, a pocos kilómetros. Howard, el cuarto hermano, era agente de la policía de Nueva York y murió en 1989, estando de servicio. No se conocen más fotos de ellos que las que se hicieron en los años 70 para la orla del instituto, no se relacionan con nadie, ni siquiera los vecinos los conocen. No responden si alguien llama a la puerta y evitan cualquier confrontación con su pasado.

"Se han puesto de acuerdo en no tener hijos para extinguir la saga de los Hitler y dejar de vivir con miedo, pero han prometido publicar un libro antes de morir", relata Mulders, de 41 años. Este reportero del periódico belga 'Het Laatste Nieuws' y de la revista Knack ha conseguido robar a los Stuart-Houston una muestra de ADN. Lo hizo con la ayuda de Marc Vermeeren, 51 años, historiador y genealogista 'amateur' obsesionado con Hitler, quien amontona en su estudio más de 500 biografías del dictador y 20.000 documentos, entre ellos su partida de nacimiento.

Recogieron el ADN en una servilleta

Los dos 'cazahitlers' tuvieron que esperar siete días y siete noches bajo una tormenta de nieve y la mirada amenazante de los vecinos, hartos de ver a curiosos merodeando por el barrio, para que el hermano mayor, de 60 años, abandonara por fin su escondite, hambriento. Alexander A. Stuart-Houston ("¿A. de Adolf?", se pregunta Mulders) condujo hasta un restaurante 'drive in', de esos donde se come sin salir del coche. Pidió unas alitas de pollo y las ingirió al volante. Se limpió con una servilleta de papel y la arrojó a la carretera. "Y allí estábamos nosotros, con unos guantes de látex, unas pinzas y una bolsa de plástico, recogiendo la servilleta asquerosa, con sus labios marcados en grasa de pollo".

Ahora, el código genético del sanguinario dictador y todas las muestras de ADN de sus familiares vivos están en la cámara acorazada de un banco, así que Hitler, de alguna forma, ha regresado al búnker.

En la Baja Austria, en cambio, los Hitler no se han complicado tanto y han intentado borrar su pasado maquillando sólo un par de letras de su nombre, hasta llamarse Hüttler y quedar décadas camuflados entre los centenares de Hietlers, Hiedlers, Hütlers o Hüetlers que llenan los listines telefónicos.

Pero Vermeeren lleva años peregrinando a las granjas de la familia del Führer en Spital y Walterschlag y se sabe de memoria todos los archivos parroquiales sin que se le escape ninguna partida de nacimiento ni acta de defunción. Incluso tiene un documento del año 1457 que ya sitúa en la zona a los entonces Hytler.

"Todos los Hüttler que viven en la región del Waldviertel son descendientes lejanos de Hitler, aunque muchos ni siquiera lo saben. Los hombres comparten su mismo cromosoma Y. No importa que hayan pasado cien o mil años, nunca se pierde", advierte. La clave de su investigación es seguir el rastro genético de dicho cromosoma, el único que los varones heredan sólo por vía paterna, así se puede saber con precisión si dos hombres pertenecen a un mismo linaje.

Extraído de la web http://www.elmundo.es/elmundo/2009/09/12/internacional/1252791712.html
¡¡Madre mia!! ¿pero que poblema tienen estos desgraciados? ¿Como puede ser que se toleren este tipo de persecuciones a gran escala de personas inocentes? ¿Con que legitimidad pueden invadir y acosar estos "cazahitlers" la vida de una familia? ¿Para cuando un un juicio de Nuremberg para estos canallas demócratas enfermos?
Cuando la curiosidad se convierte en obsesión esta pasa a ser delito. Pedimos respeto, libertad y tranquilidad para los descendientes y familiares de Hitler. Apellidarse Hitler no debe ser un motivo para esconderse sino todo lo contrario: eres descendiente o familiar de una de las personas más importantes del Siglo XX. Le duela a quien le duela. La realidad es esta y no la que le estan haciendo ver a esta pobre familia que incluso ha decido no tener hijos para que asi ceda la caza y persecución.
La última pregunta es: ¿no es delito el obtener una muestra de ADN de una persona sin su expreso consentimiento? Psiquiátrico para estos enfermos ya!!

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