Hanna Reitsch
VOLAR FUE MI VIDA
(Memorias de la piloto
de pruebas de la Luftwaffe)
VOLAR FUE MI VIDA
(Memorias de la piloto
de pruebas de la Luftwaffe)
17x24 cms., 244 págs., Ilustrado en papel couché.
Cubierta a todo color, con solapas y plastificada brillo
P.V.P.: 23€
“Durante el transcurso de los últimos años, mucho fue lo que se escribió sobre mi persona, no pocas veces en base a “testimonios oculares” que aseguraban cosas que debían provenir de mí misma. La verdad es que con este libro hablo por primera vez sobre mi vida. Quien observa el desarrollo de mi juventud y sabe leer entre líneas comprenderá, muy bien, porque durante la guerra no pudo haber existido para mi otro camino que el que describo aquí..”
Hanna Reitsch soñaba con volar desde pequeña. En 1932 se matriculó para volar planeadores y aviones. En 1934 participó de una expedición de investigación a Brasil y Argentina. Luego comenzó a trabajar como piloto de pruebas de la Comisión Alemana para el Fomento del Vuelo en Planeador, en Darmstadt. En 1937 fue contratada por Ernst Udet como piloto de pruebas de la Escuela de Pruebas Aéreas de la Luftwaffe. Como piloto de pruebas voló, entre otros, el gran planeador DFS 230, y los aviones de la época Dornier Do-17, Heinkel He 111, el Junkers Ju 87 "Stuka", incluso el primer avión cohete del mundo, el Messerschmitt Me 163 Komet, y participó en las pruebas de la bomba volante pilotada V-1.
Se le otorgó la Cruz de Hierro de Segunda y de Primera Clase (como la única mujer a la que se le otorgó en la historia de Alemania), y también se le confirió el Distintivo Aéreo Militar de Oro con Diamantes.
Hanna Reitsch estableció más de 10 récords mundiales de altura y velocidad, lo que aún no ha sido igualado por ninguna otra mujer. Entre sus récords está: 1931, duración de vuelo sin motor: 5 horas 30 minutos. 1933, duración de vuelo sin motor: 11 horas 30 minutos. 1934, récord femenino de altura: 2.800 metros. 1936, distancia recorrida para planeadores: 305 km. En 1937 cruzó los Alpes en un planeador.
El 26 de abril de 1945 voló junto con el General Ritter von Greim al Berlín sitiado por los rusos. Visitaron a Hitler personalmente en el búnker de la capital cercada. Hanna quería convencer al Führer para que huyera de Berlín. Hitler se negó a abandonar a sus soldados en el frente y ella debió abandonar Berlín muy a su pesar y no sin peligro. Cayó prisionera de los norteamericanos en mayo de 1945.
Después de la guerra siempre se mantuvo leal a sí misma, al Führer y al Nacional-Socialismo hasta su muerte.
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