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jueves, 18 de febrero de 2010

Crónica de la Tercera mesa de debate del CENS

En la tarde del 11 de febrero se celebró la tercera mesa de debate del CENS, convocada bajo el título de Militancia Política y Movimientos Sociales. Tras unas palabras de bienvenida del Presidente de la Hermandad, Carlos Batres, comenzó el coloquio con la intervención de José Ignacio Cabanas, de la asociación Poesía que Promete. Cabanas apostó por la vía asociativa y afirmó que la acción alejada de los partidos no sólo era un factor posible, sino también deseable. Cree que el nacionalsindicalismo es mucho más amplio que un simple partido político y propugna la acción directa sobre la sociedad, incluyendo acciones prácticas basadas en la Caridad como principio de Justicia Social.

Le siguió en el uso de la palabra Eduardo García, de Gallos de Marzo, para quién el problema no era militar o no, sino determinar claramente por qué se milita y dónde se milita, preguntas a las que según él, no han sabido responder los actuales partidos falangistas. Se mostró firme partidario del fomento del asociacionismo, como medio eficaz de llevar la acción política a la sociedad.
Para Gregorio Masa, falangista no vinculado a ningún partido ni asociación, se es falangista porque se sigue la doctrina, no porque se pertenezca a determinado partido o asociación de este carácter. Por tanto, ambas vías -la partidaria y la asociativa- no sólo no se estorban, sino que se complementan y la acción social es perfectamente compatible con la militancia en un partido político.

Le siguió en el uso de la palabra Javier Marcos, del Nudo Patriota Español, que indicó que el NPE nació precisamente de la desilusión que los partidos habían producido. Aboga por una plataforma en donde tengan cabida tanto partidos políticos como asociaciones y entiende que la vía asociativa es muy útil para abrir espacios políticos o sociales, hoy cerrados, y llegar a ámbitos donde no puede llegar el partido.

Continuó el turno de debate Sergio Reguillón, militante de La Falange, manifestando que la condición de ser falangista está por encima de cualquier forma organizativa y de toda sigla. Pero ello no debía de ser excusa para dispersar esfuerzos, sino para integrarlos. Propugna la celebración de un gran Congreso Nacional Sindicalista, en el que participen las distintas tendencias y familias falangistas y en el que se puedan debatir todas las cuestiones al objeto de articular una Falange unida.

En la misma línea, Miguel Valenciano, jefe nacional del SEU, resaltó la necesidad de que existan mesas como la del CENS, en la que los falangistas de distintas procedencias puedan sentarse, conocerse y debatir. Para él, un partido no es más que una forma de lucha, un instrumento que permite trabajar políticamente dentro del Sistema, al objeto de transformarlo desde dentro y enfatizó que sólo un partido nacionalsindicalista fuerte y unido podrá tener posibilidades de éxito.
Terminó la primera ronda de intervenciones Julián Villaverde, de Gallos de Marzo, radicalmente contrario a entender la militancia en la forma en la que es entendida por las distintas organizaciones falangistas. Para Villaverde, hablar el mismo lenguaje es la clave de la unidad falangista, algo que según él no sucede, y propone cuatro temas que deberían actualizarse para adaptarse al mundo actual: la concepción del Hombre y de la Libertad, la Patria entendida como proyecto común, la Justicia Social y -como colofón de las otras tres- la Revolución.

Comenzada la segunda ronda de intervenciones, José Ignacio Cabanas incidió en la defensa de la acción social como posibilidad de actuación nacionalsindicalista y concretó aquellas que Poesía que Promete desarrolla habitualmente: operación Kilo, entrega de alimentos y Cotolengo. Eduardo García resaltó la necesidad de una transformación total, de renovar el lenguaje y las formas internas y externas, ya que para él los actuales no sirven para lanzar el mensaje nacionalsindicalista con un mínimo de garantías de éxito. Gregorio Masa afirmó que era posible la colaboración entre falangistas de distintas organizaciones y procedencias, y que el marco adecuado para esta colaboración era el municipio, donde todos se conocen de forma más directa. Javier Marcos aclaró que no bastaría una mera plataforma de partidos y organizaciones, ya que esta eventual plataforma debería asimismo de renovar sus formas de expresión política, e incidió en la necesidad complementaria de crear asociaciones, como instrumento de proximidad a las inquietudes sociales.

Sergio Reguillón insistió en la vía de partido como solución política y en la concepción errónea que muchos tienen de las formaciones políticas falangistas, fijándose solo en el uso de la camisa azul y en supuestas formas anticuadas y no en los documentos y propuestas de plena actualidad que elaboran ni en la política directa que llevan a cabo. Miguel Valenciano volvió a insistir en la necesidad de trabajar políticamente contra el sistema desde dentro del sistema y su transformación radical a través de la vía revolucionaria, para lo que sería necesario consolidar fuertemente nuestra opción política como objetivo a medio plazo. Por último, Julián Villaverde insistió en su postura de rechazar las formas caducas de hacer política, en la necesidad de renovar conceptos ideológicos haciéndolos acordes con los tiempos actuales y en la imposibilidad de trasladar el mensaje nacionalsindicalista a la sociedad con las actuales estructuras partidistas.

Terminada la segunda ronda de intervenciones, el público asistente pudo realizar sus preguntas y manifestar su opinión en relación al tema de debate, y muchos de ellos tuvieron la sensación de que el tiempo había pasado con demasiada rapidez por la amenidad del debate. Lo único lamentable de esta jornada fue la ausencia significativa de otros grupo/partidos falangistas que rehusaron la invitación de intervenir en el debate.

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