Los musulmanes se integran más en EE UU que en Europa

La comunidad islámica asentada en los países occidentales, en muchas ocasiones desde una segunda o tercera generación, siente más fervor por su nueva patria y sus instituciones de lo que la población autóctona tiende a reconocer. Así, mientras la mitad de los musulmanes de Francia se sienten plenamente integrados, sólo una quinta parte del público francés declara percibir como integrados a sus vecinos islámicos.El Índice Gallup sobre Coexistencia, el primer estudio internacional sobre relaciones interreligiosas, difundido ayer en Londres, constata que las comunidades islámicas reconocen haberse integrado mejor en Estados Unidos y Canadá (donde sólo se sienten aislados de la sociedad un 15% y un 20%, respectivamente) que en Europa. Un 38% de los musulmanes de Alemania, un 35% del Reino Unido y un 29% de Francia no se sienten integrados en absoluto en sus nuevos países. La encuesta Gallup no recoge información sobre España.

"Los musulmanes han venido para quedarse", destaca las conclusiones del estudio. "Identidad nacional y religión son compatibles, y la expresión pública de religiosidad no debe ser entendida como una falta de lealtad a la patria".

La importancia histórica de la inmigración y la alta movilidad social en Estados Unidos y Canadá a través de la educación y el mercado de trabajo, explican en gran medida, según Dalia Mogahed, coautora del informe de Gallup, la brecha en la integración de la población islámica que se abre a ambas orillas del Atlántico. "Pero los musulmanes europeos quieren formar parte activa de las sociedades en las que viven y contribuir más a su desarrollo", precisó Mogahed a la agencia Reuters.

Sin acceso garantizado a todos los niveles de educación y de empleo, las comunidades islámicas residentes en los países occidentales sienten además el peso de la desconfianza del resto de la población, sobre todo tras los atentados de Nueva York y Washington (2001), Madrid (2004) y Londres (2005).

El informe de Gallup señala que la población musulmana, tradicionalmente conservadora, parece verse obligada a menudo a declarar que acepta las conductas sexuales más abiertas para poder demostrar su integración en los países occidentales. Pero el abismo moral se abre en esta ocasión del lado de la comunidad islámica.

En Francia, más de tres cuartas partes de la población aceptan la homosexualidad como "moralmente aceptable", pero sólo un tercio de los musulmanes comparte esta opinión. En Reino Unido la distancia parece inalcanzable: un 58% de los británicos en general acepta la homosexualidad, mientras la encuesta de Gallup refleja un rechazo en bloque entre la comunidad islámica del país.

Extraído de la web http://www.elpais.com/articulo/internacional/musulmanes/integran/EE/UU/Europa/elpepuint/20090508elpepiint_4/Tes

Jajajaja!! pobres progres lo precursores del estudio, les ha salido rana! pensaban que iba a salir que todo iba muy bien, que los inmigrantes orientales se iban a sentir identificados con Occidente y por tanto integrados, pero nada más lejos de la realidad: en Europa los inmigrantes no se sienten intengrados porque como es normal no es su casa ni su lugar de origen.

Es como si un español se va a vivir a EE.UU, lo normal es que siempre se sienta más agusto en su país de origen que en el país de acogida aunque siempre haya excepciones claro.
Por tanto si son gente muy cerrada, con costumbres muy atrasadas sobretodo los musulmanes que en el tema de derechos humanos y de las muejeres andas a años luz de nosotros ¿por qué hay que forzar la integración de estas personas en paises que no son los suyos? ¿no sería mejor que vinieran a trabajar, ganaran su dinero y volvieran a sus paises y utilizaran esa riqueza para sacar adelante a sus paises y con eso conseguir dar un futuro mejor a sus hijos?

Se fomenta la inmigración en condiciones dramáticas gracias a la maldita globalización que sufre el Mundo orquestada por los verdaderos grupos de poder económicos y demás lobbys de los que se podría destacar el sionista.

Quieren que todos vistamos igual con las mismas marcas, que comamos comida basura, que pensemos politicamente igual, que aprendamos los mismo habitos sociales acabando con las tradiciones y de todo aquello que aunque nos diferencie, nos hace a todos especiales. Ser diferentes unos de otros no es malo como nos bombardean constantemente desde que somos pequeños, si no es totalmente lo contrario: es lo que nos hace ser increibles, únicos y especiales unos de otros.

Por tanto es necesario hacer frente a los intentos globalizadores que nos quieren imponer, es necesario fomentar y recordar nuestros valores y tradiciones occidentales, no porque sean mejores que las de otros grupos sociales si no porque son las nuestras.

Lo mismo deben hacer las tribus africanas, los asiáticos o los sudamericanos. Que cada uno, orgulloso de lo que es y de lo que representa, lo defienda frente aquellos que quieren imponer la homogeneización mundial.