Israel Adán Shamir
EL ESPIRITU DE SANTIAGO
FRENTE AL PODER DEL DINERO Y EL “LOBBY” JUDIO
216 págs., P.V.P.: 19 €
(¡Sólo mientras dure el verano: 16 €!)
¿Quién puede esperar a leer este libro?
He aquí de nuevo, por fin, a pesar del secuestro en su día de las obras de Shamir, el segundo volumen de la colección Los Maestros del Discurso.
Es este uno de los cuatro volúmenes publicados en español de Israel Adan Shamir, (La lluvia verde de Yasuf, El espíritu de Santiago, Pardes y la Cábala, Los dueños del discurso), libros de análisis político internacional del mayor interés.
Judío nacido en Novosibirsk (Siberia) y biznieto de un rabino de Tiberiades, su curriculum le hace a todas luces “políticamente correcto”: hombre de izquierdas, miembro del partido socialista israelí (Mapam), educado en la Academia de Ciencias de la Unión Soviética, fue también periodista de los diarios israelíes Maariv, Haaretz y Al Hamishmar, colaborador de radio en Israel y de la BBC británica y de los periódicos rusos Pravda y Zavtra.
Pero ¡ay!, este judío se convirtió al cristianismo en 2002 y se ha erigido en uno de los críticos más tenaces del “lobby” judío norteamericano, del Estado de Israel y del judaísmo internacional, tanto religioso como político, económico o mediático.
Hombre honesto, está dispuesto a aceptar cualquier crítica que se le haga y a escuchar, y reflexionar, sobre estos y otros puntos de su visión del mundo.
Shamir escribe para la izquierda y para la derecha. En buena parte por convicción y en cierto modo por táctica: parte importante de su estrategia política estriba en unir a la izquierda y a la derecha frente al culto a Mamón y la esclavitud al poder del dinero. Y lógicamente por su propia evolución personal: era un judío socialista y se ha pasado al cristianismo ortodoxo, lo que en lenguaje falsamente democrático podría definirse como un salto de la izquierda a la derecha.
Sus análisis de los verdaderos entresijos de la política mundial suelen ser tan acertados, que pocas desinformaciones de la llamada prensa internacional llegan a engañarle.
Shamir se ha bautizado con el nombre de Adán. Se considera Adán Shamir y no Israel Shamir. Ya no se siente sólo descendiente del “pueblo elegido”, sino uno entre iguales con los demás seres humanos y los demás pueblos de la tierra: “somos todos hijos de Adán”– afirma.
Su mayor anhelo estaría en unir a las derechas y a las izquierdas en su lucha contra las elites financieras en la sombra y en favor de una concepción espiritual del mundo y de la vida.
El autor de este libro expone ideas “políticamente incorrectas” y en cierto modo revolucionarias, que recorren como la pólvora sus escritos y tendrán que provocar, antes o después, la rebelión popular y la lógica ira del poder real.
Shamir, judío él mismo, afirma que el Judaísmo está basado en la división entre los que son “elegidos” y los que no lo son. Este sentimiento de sentirse “el” pueblo elegido, supone la subyugación de los demás pueblos del mundo no judío al poder judío.
No teniendo suficiente con esto, añade que el estilo de vida y la cosmovisión del mundo judíos empezaron a vencer hace unos doscientos años, cuando la sociedad occidental decidió volverse burguesa y comportarse como los judíos. Según Shamir el modo judío es bastante tentador: permite ignorar el “bien común” de la sociedad en la cual se vive y conseguir que cada cual vaya a la suya, con lo que todos acaban perdiendo, excepto los “elegidos”. El principio básico del pensamiento cristiano: amarás al prójimo como a ti mismo, queda así obsoleto y reducido a lo sumo a la esfera privada, sin efectos prácticos en la vida comunitaria.
Para Shamir el Nuevo Orden Mundial es, en términos religiosos, el principio del reino del Anticristo. En términos prácticos supone una tentativa ambiciosa para la esclavización total del hombre.
El autor tiene ideas muy gráficas, como la de que las tiendas de Occidente están repletas, pero las Iglesias están vacías: cada vez hay más negociantes, brokers y dealers, y cada vez menos, auténticos artistas, poetas y santos. El mundo actual se basa en una codicia sin límites –continua- y en el afán de dominación, una negación de Dios y del ser humano. Esta situación sólo puede conducir a la Humanidad al abismo. Por ello, afirma, se hace esencial combatir el mammonismo de las elites financieras.
Estas elites promovieron la igualdad mientras existieron las viejas elites tradicionales, pero sólo con el fin de debilitarlas y destruirlas. Una vez eliminadas estas con revoluciones y dos guerras mundiales, su intención estaría en sustituirlas y una vez conseguido esto empujar a las clases medias al empobrecimiento y a los pueblos a la esclavización.
Para desarraigar a los pueblos persiguen destruir la Naturaleza y simultáneamente la capacidad del ser humano para comunicarse con ella. Al hombre lo enraízan la tierra, la familia, su pueblo y Dios. Mientras el hombre se aferre por lo menos a uno de estos nudos no se le podrá sobornar, corromper o esclavizar del todo. Pero necesita de los cuatro y con el debido equilibrio. Si se preocupa sólo de su familia, o sólo de su pueblo o sólo de su tierra y abandona los otros factores, a la larga está perdido. De ahí la importancia de promover la identidad y diversidad de los pueblos del planeta frente a la sociedad multicultural y multirracial y la inmigración masiva promovida por el Sistema, el retorno a las raíces, a la Naturaleza y a la Fe. El contenido y la tradición local con el carácter único de nuestros pueblos y antiguas ciudades proporciona una protección segura contra la plaga alienante y unificadora de la globalización, de ahí que el Sistema aleje a los seres humanos de la Naturaleza, los introduzca en barrios-prisión, apartamentos-bunker y centros comerciales que destruyen los centros históricos.
Frente a este plan maestro del Enemigo, Shamir delinea un plan de actuación que debe incluir volver a la Creación y a una apreciación espiritual de la misma frente a la idea judía de ser absolutamente ajeno a la Naturaleza –según afirma Shamir-. Hay que volver al pequeño comercio y la artesanía tradicional frente a los centros comerciales inventados y promovidos por judíos como Reichmann –continua-
Por lo demás, advierte que el dólar americano se encuentra sobrevalorado y carece de respaldo real, convirtiéndose en un inmenso engaño a escala planetaria. La pirámide del fraude se derrumbará antes o después. El dólar es aceptado por la comunidad global sólo por temor a la potencia militar americana. Frente a este hecho propone abandonar el dólar como instrumento de cambio internacional. Dejando de representar nuestra moneda de reserva, puede ser sustituido por una nueva moneda, eliminando simultáneamente el préstamo a interés, que debe ser sustituido por el interés cero en un mundo sin usura: el enemigo es la ideología mammonita.
Sobre todo, Shamir defiende una coalición de derechas e izquierdas que supere el enfrentamiento y se una en la lucha contra el imperialismo del dinero que todo lo corrompe. Según Shamir, la lucha entre izquierda y derecha se ha vuelto obsoleta frente a la nueva dicotomía: los que apoyan los planes judíos y los que se enfrentan a ellos.
Ante esta serie de ideas realmente revolucionarias, ¿quién puede esperar a leer este libro? Claro que usted puede optar por unirse a quienes simplemente insultan: “Your are an UGLY anti-Jewish dog. Don't tell me your a Jew. Your a filthy convert. In the Ukraine, I used to hurt scum like you. Maybe some patriotic Israeli can simply put you out of your misery. Jesus never existed, palestinians are monkees and you're ugly”, como Boris. O puede optar por lo más inteligente: leerlo y pensar por sí mismo.
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