Will Berthold¡HUNDID EL BISMARCK!
“Si vas a Esparta, caminante,
diles que cumpliendo hemos caído.”
260 págs., Tapa dura con sobrecubierta,
P.V.P.: 21 €
En mayo de 1941 Gran Bretaña había ganado la Batalla de Inglaterra, dado que Alemania se veía amenazada por un enfrentamiento con el coloso soviético a sus espaldas y el gobierno del Reich no tenía verdadero interés en invadir Inglaterra, antes bien se esforzaba continuadamente en posponer las operaciones y en ofrecer la paz (seis propuestas de paz del gobierno alemán y el vuelo en persona de Rudolf Hess el 10 de Mayo de 1941).
Sólo el tradicional dominio de los mares permitía a los belicistas británicos seguir en la guerra. Pero la incipiente campaña submarina alemana y la entrada en escena de los pocos pero excelentes acorazados y cruceros alemanes hacían pensar en que este dominio naval podía ser cuestionado.
La dependencia de Gran Bretaña del Préstamo y Arriendo estadounidense y de las materias primas de las colonias hacía pensar en un posible colapso del país en caso de que Alemania venciese en la Batalla del Atlántico. Pero el Reich debía darse prisa. La posibilidad de que Estados Unidos entrase en guerra forzó al almirante Raeder a lanzar a su acorazado más potente, el Bismarck, a la batalla.
Por primera vez, la Kriegsmarine buscaba el enfrentamiento directo con la Royal Navy británica y dejaba atrás casi dos años en los que sus grandes navíos de línea sólo se habían dedicado a atacar mercantes enemigos. Se ponía en marcha la Operación Rheinübung.
Al frente de la operación estaba el almirante Lütjens. Su plan consistía en retrasar la salida para esperar al buque gemelo del Bismarck, el Tirpitz, a punto de entrar en servicio, y al Scharnhorst. Estos buques, a los que se uniría el crucero Prinz Eugen, saldrían al Atlántico en busca de la flota británica y buscarían un enfrentamiento decisivo, con auténticas posibilidades de éxito. Finalmente, Raeder decidió no esperar y ordenó la salida del Bismarck, el acorazado más poderoso del momento, acompañado del Prinz Eugen.
En cuanto se supo la noticia en el Almirantazgo británico, se puso en marcha la operación de caza naval más importante de toda la Segunda Guerra Mundial. Bajo la consigna ¡HUNDID EL BISMARCK! se reunió una potente flota encabezada por el crucero de batalla Hood, el orgullo de la Royal Navy, que salió al encuentro del acorazado alemán.
El 24 de mayo se producía el primer combate importante en el que el Hood se volatilizaba con toda su tripulación. El día 27 era el turno del Bismarck. Fueron tres días de persecución y épicos combates navales en los que sólo la superioridad numérica británica pudo acabar con el gigante de los mares alemán.
¡Hundid el Bismarck! es el relato de una gran epopeya naval. De la mano de los supervivientes, Will Berthold se adentra en lo que fue la vida a bordo del Bismarck y de sus buques perseguidores. Asistimos a la situación de crisis permanente que se vivió durante casi diez días en el Almirantazgo británico y al combate como espectadores de primera fila. Nunca un combate naval moderno ha sido tan bien narrado.
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