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miércoles, 29 de abril de 2009

Libro: "LA DOLOROSA PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO", Sor Ana Catalina Emmerich‏

Sor Ana Catalina Emmerich
LA DOLOROSA PASIÓN DE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
Visiones recogidas por Clement Brentano
Historias Sagrada auténtica visionada como un film moderno por la Santa

312 págs., con solapas.
P.V.P.: 10 €

Acabamos de abandonar la Semana Santa, por este motivo nos gustaría que conocieseis a una beata que pronto será santa: Ana Catalina Emmerich, nacida en 1774, religiosa agustina, enferma y estigmatizada.

Ana Catalina permaneció en cama desde 1813 hasta su muerte en 1824. Su vida transcurrió en unos tiempos turbulentos en la historia de la Iglesia. La revolución francesa y las guerras napoleónicas hacían estragos en Europa y la Iglesia pasaba una enorme crisis. El Papa llegó a estar preso de Napoleón y los grupos masónicos y racionalistas se habían introducido entre las filas de la Iglesia, por momentos parecía que el catolicismo se desmoronaba.

A pesar de multitud de contrariedades, Ana Catalina permaneció fiel a su vocación. Desde niña Dios le concedió gracias excepcionales. Durante toda su vida Ana tuvo multitud de visiones en las que con gran claridad vislumbraba trozos de la historia sagrada y acontecimientos en la vida de los santos como si estuviera realmente viviendo entre ellos. Este hecho no tiene parangón en la historia de los santos de la Iglesia por la importancia y cantidad de estas visiones. Otra gracia digna de señalar era su capacidad de distinguir las reliquias y reconocer perfectamente cuando algo era sagrado aún a ciegas.

Un famoso poeta alemán de la época fue el designado por Dios para transcribir todas esas visiones: Clemente Brentano, poeta romántico, hermano de Bettina von Arnim (famosa por su correspondencia con Goethe).
Clemente, después de una vida azarosa y llena de altibajos, (se casó dos veces, tuvo tres hijos que fallecieron), regresó de las guerras contra Napoleón e hizo examen de conciencia dándose cuenta del carácter improvisado, fragmentario y disperso de su poesía y su existencia. Una amiga cuya mano había pedido le indicó el posible consuelo salvador del catolicismo.

Volvió a sus prácticas religiosas en 1817 y en 1818 se unió a la Iglesia Católica ingresando en el monasterio de Dülmen, donde vivió en clausura algunos años, como secretario de Ana Catalina, donde entre otras cosas fue testigo de cómo ésta en 12 años se había mantenido con la Sagrada Forma como único alimento y sin beber nada excepto agua. La visitó en su lecho de enferma durante cinco años en los que escribió sus visiones, que publicó después de su muerte con el título La dolorosa pasión de Nuestro Señor Jesucristo en las meditaciones de la beata Catalina Enmerich. Es esta pequeña obra la que os voy a ir transcribiendo por partes durante los próximos días.

En este texto Ana Catalina describe con todo detalle lo acontecido durante la Pasión y Muerte de Jesús, su lectura no deja indiferente a nadie dada su profundidad a la vez que su sencillez. Los detalles casi cinematográficos nos demuestran el carácter sobrenatural de las visiones dado que Ana Catalina no salió en su vida de la pequeña comarca en la que nació y no tenía apenas estudios por lo que era imposible que conociese la vida cotidiana de la Palestina del siglo primero. Sirva como ejemplo el hecho de que se han hecho hallazgos arqueológicos a partir de descripciones que aparecen en los textos de Emmerich. Aseguramos que es una lectura edificante.

Para solicitarlo sólo tiene que escribir unas líneas por correo electrónico a:
libreriaeuropa@telefonica.net

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