La más famosa mujer policía de Afganistán, directora del Departamento de Crímenes Contra la Mujer, fue asesinada por los talibanes frente a su casa. Malalai Kakar fue un símbolo de emancipación femenina del gobierno de Hamid Karzai en la medida en que esto puede suceder entre musulmanes.
Afganistán, como lo señaló el senador John McCain en el debate, es ingobernable y lo es desde Alejandro Magno, que lo conquistó brevemente hace dos mil trescientos y tantos años.
Para un occidental, aun los familiarizados con los extremos de fanatismo al que llegan algunas sectas religiosas y corrientes políticas como la comunista, es difícil formarse un cuadro mental del mundo talibán y fundamentalista.
La mujer está totalmente sometida a los varones de su familia que, casi a su antojo, pueden disponer de ella y de sus precarios bienes. En Arabia Saudita una mujer no puede tener pasaporte, no puede salir de su casa si no está acompañada por un familiar hombre, no puede vestir ropa de color, no puede mostrar ni su rostro ni su cabellera, no puede conducir automóvil.
Los talibanes prohiben que una mujer estudie y que sea examinada por un médico hombre. Pero al no poder estudiar, no hay mujeres que ejerzan la medicina, por lo que ellas están abandonadas a su suerte: si contraen una enfermedad grave, lo probable es que mueran.
Una agresión a la libertad individual
Bajo los fundamentalistas a los hombres no les va mucho mejor, ya que están sometidos a obedecer una montaña de regulaciones y mandatos que incluyen desde la vestimenta autorizada hasta no poder ni afeitarse ni arreglarse la barba. Cuando un pobre hombre se afeita, no sólo recibe azotes sino también debe permanecer en la cárcel hasta que la barba le crezca.
Prohibido está ver vídeos u oír música no religiosa, leer libros vedados, no rezar cinco veces al día y no lavarse los pies en cada ocasión, con las consecuencias que eso tiene en la piel y el olor corporal.
Al sometimiento de la mujer se suman los arreglos maritales entre las familias, que entregan en matrimonio hasta hijas de ocho años a hombres mayores.
De tales extremos de demencia colectiva, pues no es sólo fanatismo, se nutre la violencia prevalente en el mundo musulmán, violencia no sólo dirigida contra la civilización occidental, sino primordialmente contra ellos mismos.
Sunnies combaten a shiitas, ambas sectas esclavizan a la mujer, ejecutan a los adúlteros y condenan a muerte al que adopta otra religión. Como en el Corán hay una ambigua prohibición respecto a las representaciones de la divinidad, los talibanes destruyeron a cañonazos los budas de Kandahar, excelsas obras que antecedieron en quinientos años al paso del Profeta en la Tierra.
Extraído de la web http://www.minutodigital.com/actualidad2/2008/09/30/en-el-islam-la-mujer-esta-totalmente-sometida-a-los-varones-de-su-familia-que-casi-a-su-antojo-pueden-disponer-de-ella/
Este tipo de conductas establece el islamismo a través del Corán y la Sharia. Yo no quiero que este tipo de prácticas y conductas se establezcan en Europa y a este paso, en un par de generaciones seremos minoría frente a ellos que no paran de venir a nuestros paises y tampoco paran de tener hijos.
Ojalá estas palabras se queden en nada, pero con unos años más comenzaremos a ver con más perspectiva del problema que se nos avecina, alimentado por el sentimiento de acogida estúpido que tenemos.
Por una ley de extranjería real y eficaz, cierren el coladero. Por nuestra convivencia alegre y tranquila y por la de nuestros hijos en el futuro.
Con razón nos odiarán, porque vaya futuro les estamos preparando a los pobres...Todos al asilo a pudrirnos!!
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