1. Contexto histórico-político: el proceso de mundialización es el fenómeno más determinante de nuestro contexto; tras el hundimiento del comunismo, la mundialización capitalista.
Las dos únicas posturas políticas reales que existen son el sí o el no a esa mundialización.
2. Nuestra posición en ese contexto: decimos “no” a la mundialización y proclamamos que la única alternativa política real a ella es la alternativa nacional, porque la nación es la única instancia que todavía tiene fuerza o puede conseguirla para dominar al capitalismo internacional.
3. Afirmamos, por tanto, el principio nacional: los seres humanos no son individuos puros, ni miembros anónimos de una humanidad abstracta, sino que, en virtud de una identidad multifactorial, se agrupan en comunidades nacionales y culturales que son el sustrato natural de la agrupación social.
4. Abogamos por la articulación armónica de los distintos niveles de identidad: la identidad regional, la identidad nacional y la identidad europea. La nación, es decir, para nosotros, España, es la plataforma fundamental de la idea nacional porque es el instrumento único de la lucha contra la mundialización. Sólo los verdaderos estados-nación como España tienen una posibilidad en la lucha contra las fuerzas del capitalismo mundial. Pero la España que concebimos se presenta como abierta a su diversidad interna y como garante de ella frente a la homogeneización mundialista y también como abierta a la construcción de una Europa que, sobre su común identidad cultural, construya un solo bloque geopolítico frente a U.S.A. No olvidamos nuestra misión de aumentar nuestros vínculos con Hispanoamérica para frenar allí la infiltración norteamericana.
5. Nuestra estrategia es la de presentar la nación como único garante de los derechos sociales y políticos del pueblo, amenazados por el proceso de mundialización capitalista: es la línea TU NACIÓN, TUS DERECHOS.
6. Abogamos por la unidad, soberanía e identidad de España. Para eso nos oponemos:
a) a separadores y separatistas; a centralistas e independentistas;
b) a las instancias mundialistas: O.T.A.N., B.M., F.M.I., U.E., O.M.C., etc.;
c) a la inmigración masiva.
7. Tenemos un concepto social de la economía: la economía debe estar al servicio del bien común y no de minorías privilegiadas. Por razones extraídas de la realidad empírica, y no por principio, somos partidarios de una economía de mercado dirigida hacia el bien común, a favorecer las rentas del trabajo sobre las del capital y a la defensa de los desprotegidos. Nos oponemos a la precarización del trabajo y a la eliminación del Estado del Bienestar, y por ello nos oponemos:
a) al comportamiento desleal de la U:E:;
b) a la competencia desleal de países extranjeros;
c) a la importación masiva de mano de obra barata.
8. Al contrario que la democracia liberal, no concebimos al ser humano como un individuo puro, y rechazamos el falso igualitarismo que de esa concepción se deduce; pero atribuimos a todos los seres humanos la dignidad de seres racionales y los derechos que de ella se deducen: libertad de pensamiento y expresión, de asociación, reunión, manifestación, etc., distinguiendo cuidadosamente estas libertades del delito de incitación a delinquir, que ha de ser perseguido. De la concesión de estas libertades más la adopción del sufragio universal – no como método de producción de verdad o racionalidad, sino como simple instrumento de consenso en aras de la concordia civil- derivamos nuestro carácter democrático.
9. Pero nuestra democracia es diferente de la “democracia” actual:
a) hay democracia donde hay un “demos”, un pueblo, una nación: democracia, soberanía popular y soberanía nacional son términos equivalentes.
b) La actual “democracia” está secuestrada por el poder de las élites financieras, por la oligarquía de los partidos y por la desigualdad de oportunidades en los medios de comunicación.
Hay que modificar todo esto, construyendo nuevos modelos representativos que escapen a la dominación plutocrática y partitocrática.
10. Como patriotas incorporamos el concepto de “ecología integral”: la defensa de nuestro patrimonio natural, artístico, cultural e histórico, como una de nuestras metas irrenunciables.
11. Nuestro patriotismo no es en ningún momento incompatible con la solidaridad humana universal, basada en el derecho de las naciones a su soberanía, en el mutuo respeto y en la lucha común contra el imperialismo mundialista. Es necesario aumentar y hacer más eficaz la ayuda a los países pobres, tanto por humanidad como para evitar en origen las causas de la inmigración.
12. Por fin, consideramos que todo lo anterior exige la apertura de un espacio político nuevo totalmente libre de referencias a movimientos políticos del pasado reciente o a otras épocas de la lucha nacional; siendo ello una exigencia estratégica irrenunciable. Nuestra táctica es la de lucha pacífica y legal, lo que no impide la radicalidad cuando es necesaria.
Extraído de la web http://democracianacional.org/dn/modules.php?name=News&file=article&sid=2454
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