Con gritos de ‘Gora ETA’ y resistiéndose a los agentes a la hora de entrar en el coche. Así salía de comisaría pasadas las diez de la noche Ugaitz Astiz Arangoa, uno de los dos supuestos terroristas detenidos en el sur francés.
Tanto él como el otro arrestado, Mikel Olza Puñal, se han negado a declarar ante la policía antes de ser trasladados a Toulouse. Los detenidos son dos colaboradores del ‘comando Urrederra’ de ETA, desarticulado en Guipúzcoa por la Guardia Civil en marzo de 2007.
Entre los enseres incautados a los etarras están el revólver y la pistola ametralladora que guardaban en sus mochilas. Las llevaban encima mientras circulaban en bicicleta por una carretera del pirineo francés.
Habían pasado los últimos diez días durmiendo en el monte, según fuentes de la lucha antiterrorista, que achacan la prolongada estancia de los etarras en el bosque a las estrecheces por las que atraviesa la organización terrorista y la obsesión por la seguridad instalada en el aparato militar, obligado a evitar pisos y alquileres por miedo a que sus integrantes sean descubiertos.
Los hechos ocurrieron cuando los dos hombres, que viajaban en bicicleta, al ver a la patrulla de gendarmes en un control rutinario de carretera cambiaron de dirección, lo que alertó a los agentes.
Ninguno de los dos presuntos etarras hablaba francés pero uno de los gendarmes pudo entenderse con ellos en español y les pidió que se identificaran, algo a lo que se negaron. Entre la documentación encontrada a los detenidos figura una falsa con el nombre de Ramón García Giuliano.
Cuando los agentes de la Gendarmería estaban procediendo a la identificación, los presuntos etarras intentaron escapar. Uno de ellos fue alcanzado por los gendarmes y el segundo, al acudir en auxilio de su compinche fue también detenido. Después, ambos se declararon miembros de ETA y no dijeron nada más.
El hecho de que no llevasen una fuerte suma de dinero, ni varios juegos de documentación, refuerza la idea de que entre sus planes inmediatos no estaba pasar a España. Según fuentes oficiales, los etarras planeaban el robo de un vehículo.
Tanto él como el otro arrestado, Mikel Olza Puñal, se han negado a declarar ante la policía antes de ser trasladados a Toulouse. Los detenidos son dos colaboradores del ‘comando Urrederra’ de ETA, desarticulado en Guipúzcoa por la Guardia Civil en marzo de 2007.
Entre los enseres incautados a los etarras están el revólver y la pistola ametralladora que guardaban en sus mochilas. Las llevaban encima mientras circulaban en bicicleta por una carretera del pirineo francés.
Habían pasado los últimos diez días durmiendo en el monte, según fuentes de la lucha antiterrorista, que achacan la prolongada estancia de los etarras en el bosque a las estrecheces por las que atraviesa la organización terrorista y la obsesión por la seguridad instalada en el aparato militar, obligado a evitar pisos y alquileres por miedo a que sus integrantes sean descubiertos.
Los hechos ocurrieron cuando los dos hombres, que viajaban en bicicleta, al ver a la patrulla de gendarmes en un control rutinario de carretera cambiaron de dirección, lo que alertó a los agentes.
Ninguno de los dos presuntos etarras hablaba francés pero uno de los gendarmes pudo entenderse con ellos en español y les pidió que se identificaran, algo a lo que se negaron. Entre la documentación encontrada a los detenidos figura una falsa con el nombre de Ramón García Giuliano.
Cuando los agentes de la Gendarmería estaban procediendo a la identificación, los presuntos etarras intentaron escapar. Uno de ellos fue alcanzado por los gendarmes y el segundo, al acudir en auxilio de su compinche fue también detenido. Después, ambos se declararon miembros de ETA y no dijeron nada más.
El hecho de que no llevasen una fuerte suma de dinero, ni varios juegos de documentación, refuerza la idea de que entre sus planes inmediatos no estaba pasar a España. Según fuentes oficiales, los etarras planeaban el robo de un vehículo.
¡UNA IMAGEN VALE MÁS QUE MIL PALABRAS!
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