Excelente artículo escrito desde Democracia Nacional que podreis ver, a parte de este blog en su página oficil www.democracianacional.org .
Creo que es muy clarificador, se lee muy rápido y despeja muchas dudas sobre la cuestiones que han rodeado el conflicto, ya que muchas cosas han sido tapadas por los medios de comunicación afines a la versión oficial impuesta desde EE.UU
Una vez terminada la guerra Rusia-Georgia, que se ha saldado con la aplastante victoria del ejército ruso, ya podemos analizar qué es lo que ha pasado. Georgia es el peón de Estados Unidos e Israel en la zona y tiene dos regiones, Osetia del Sur y Abjhasia, donde el 95% de la población es pro-rusa, desea separarse de Georgia y ha estado viviendo prácticamente una independencia de facto. En los últimos 19 años, Georgia ha multiplicado su presupuesto militar, ha sido armada y sus soldados entrenados por americanos e israelíes, lo que le ha llevado a cometer una agresión tras otra contra estas dos regiones para obligar a la población pro-rusa a emigrar. Esto obligó a Rusia a intervenir y el asunto terminó en un acuerdo internacional en el que Rusia mantendría tropas de paz en ambas regiones.
Coincidiendo con el inicio de los juegos olímpicos, rompiendo el acuerdo verbal que hay en todo el mundo respecto a no iniciar acciones bélicas durante las olimpiadas y aprovechando que Vladimir Putin estaba en Pekín, el presidente de Georgia, Mikhail Saakhasvili, lanzó un brutal ataque contra la población civil de Osetia del Sur, destruyendo su capital, obligando a decenas de miles de osetios a huir y matando a más de mil personas durante los primeros días, según la Associated Press, incluidos varios soldados rusos. Esto es algo que hasta el más fanático anti-ruso reconoce: Georgia fue la agresora.
Hay que ser muy ingenuo para creer que Georgia lanzó este ataque sin el permiso de Estados Unidos, y probablemente este apoyo americano fue lo que hizo que el presidente georgiano calculara mal la situación, ordenándole a su Ministro de Defensa, Davit Kezerashvili (que además de ser georgiano tiene la ciudadanía israelí) atacar Osetia. La respuesta rusa no se hizo esperar, el ejército ruso contraatacó derrotando al georgiano, obligándole a retroceder y a pedir un alto el fuego.
De inmediato, empezó la maquinaria de Estados Unidos y otros medios de comunicación de la derecha neocon hablando contra el “imperialismo ruso”, que el “autoritario” Vladimir Putin había respondido de manera “desproporcionada” actuando contra una “democracia” como Georgia, George Bush pidió a Rusia que se retirara porque “Georgia es un estado soberano” y que “Osetia del Sur forma parte de Georgia”. Pero señor Bush ¿Iraq no era un estado soberano en 2003 cuando usted ordenó invadir y bombardear ese país árabe sin motivo alguno? ¿Y Kosovo no era parte de Serbia? También habría que hablarles a todos los neocons del “imperialismo americano” en el Cáucaso (en todo el planeta, en realidad) y de sus pactos y ayuda militares a países fronterizos con Rusia. Rusia, al contrario que Estados Unidos, actúa en una zona cercana a su frontera, así que no hay ningún “imperialismo ruso” ¿qué dirían los Estados Unidos si Rusia estableciera pactos militares con Cuba o Méjico? También habría que decirles a los neocons que el “autoritario” Putin ganó limpiamente y con mayorías aplastantes unas elecciones democráticas tras otras y cuando se le acabó el plazo máximo para ser presidente, fue sustituido por la persona que él designó, otra vez por mayoría aplastante, mientras que el “demócrata” Saakhasviili llegó al poder en Georgia con un golpe de estado encubierto apoyado por Estados Unidos y el “demócrata” Bush llegó al poder tras unas polémicas elecciones probablemente fraudulentas.
Rusia es sin duda la “bestia negra” de Estados Unidos y del poder del Dinero mundial, su inmensa población, su independencia energética y su poder militar la hacen incontrolable, por lo que Estados Unidos quiere por lo menos neutralizarla. Para eso, intenta llegar a pactos con países fronterizos con Rusia, a los que quiere anexionar a la OTAN. Recordemos que si un miembro de la OTAN es atacado militarmente, el resto de miembros de la OTAN están obligados a ayudarle, es decir, si Georgia hubiera sido miembro de la OTAN, es muy probable que Rusia no hubiera respondido al ataque contra Osetia, porque hubiera tenido que enfrentarse a Europa, Estados Unidos y Turquía. Por otro lado, los grandes recursos energéticos del mar Caspio y de Asia Central también influyen en esta disputa. El año pasado, Putin llegó a un acuerdo con Kazajstán y Turkmenistán por el que Rusia se hacía prácticamente con el monopolio del gas de Asia Central, aunque estos países centroasiáticos aún no han cerrado las puertas definitivamente ni a Europa ni a USA.
Además, Rusia suministra energía a Europa a través de distintas rutas (Mar Báltico, Ucrania, Bielorrusia) y proyecta nuevas rutas a través del Mar Negro. Esto alarma a Estados Unidos y a la UE, que defienden la ruta energética que, saliendo del Mar Caspio, concretamente de Bakú (Azerbaiyán), pasa por Georgia y acaba en Ceyhan y Erzurum (Turquía), porque esta ruta deja fuera a Rusia. Su objetivo es enlazar esta ruta con el proyectado gaseoducto Transcaspio (Asia Central-Mar Caspio-Azerbayán-Georgia) y desde ahí suministrar a Europa a través de Turquía y del Mar Negro. Ciertamente, no sería inteligente por parte de Europa depender de una única fuente de energía ni de un único proveedor, pero Rusia desde luego es el menos malo, ya que Europa y Rusia comparten lazos históricos, culturales y religiosos, y ambos sufren por igual la islamización, la inmigración masiva y la baja natalidad. Toda colaboración puede acercar aún más a ambas partes y hacer que trabajen juntos para superar las dificultades. Esta colaboración es posible si Europa deja de hacer seguidismo de Estados Unidos en su política anti-rusa, lo que hace que Rusia, como represalia, exija a Europa contrapartidas económicas y políticas desproporcionadas y dificulte, o incluso corte, la llegada de gas y de petróleo a Europa. Porque no hay que olvidar que Europa sigue llena de bases americanas, lo que Rusia interpreta, con razón, como un amenaza a su seguridad nacional. Europa importa de Rusia el 32 por ciento del petróleo, el 40 por ciento del gas natural y el 17 por ciento del carbón que consume. Puede parecer excesivo, pero entre depender energéticamente de Rusia y depender de países musulmanes, es mucho mejor depender de Rusia.
Es lógico que la UE se involucre en este conflicto para apoyar rutas alternativas al no querer depender de un único proveedor ¿pero por qué se involucra Estados Unidos? Aparentemente no pinta nada en esta historia. Su objetivo no es tanto llevarse el petróleo de la zona (USA es productor de petróleo y el que importa lo consigue de Canadá, Méjico y Venezuela) sino impedir que caiga en manos “equivocadas” y asegurarse, además, de defender los intereses de las petroleras angloamericanas. Aparte de eso, el gran pánico de Estados Unidos es que Rusia y Europa estrechen lazos de cualquier tipo: económico, militar, energético o cultural, porque esto podría desembocar en la formación de un gigante europeo que le quitaría a Estados Unidos la supremacía mundial. Por eso, la política del país americano respecto a Europa y Rusia es la de sembrar cizaña constantemente, la del “divide y vencerás” y la desestabilización constante. Lo vemos en el apoyo americano a la entrada de Turquía en la Unión Europea, lo vemos en su apoyo a que Ucrania y Georgia entren en la OTAN, en su apoyo a la independencia de Kosovo o también lo vemos en la actualidad con la instalación de escudos anti-misiles de “defensa” en Polonia y la República Checa, que los americanos nos dicen que son para defender Europa de un “posible ataque iraní”, pero que en realidad están dirigidos contra Rusia. Como vemos, la mayoría de todas estas acciones son provocaciones gratuitas contra Rusia. Esto provocará la lógica respuesta rusa, que instalará misiles en algún lugar apuntando a Europa, lo que aumentará la tensión bélica. Por parte de Israel, su objetivo es transportar el petróleo del oleoducto Baku-Georgia-Ceyhan a Asia oriental por las terminales petroleras israelíes de Ashkelon y Eilat.
Hemos hablado antes de la postura del poder del Dinero Internacional respecto a Rusia. Este poder del Dinero que controla a Estados Unidos desde hace décadas, se hizo con el poder también en Rusia en los años 90. Es lo que se conoció en su momento como la “privatización”, que consistió ni más ni menos en el saqueo de todas las riquezas rusas por un pequeño grupo de ladrones conocidos como los “oligarcas”. En el proceso, estos oligarcas se hicieron con todo el petróleo, todo el gas y todos los minerales rusos, haciéndose billonarios en poquísimo tiempo. Con ese dinero, compraron bancos y medios de comunicación, aumentando aún más su poder. Se calcula que un grupo de no más de doce personas se hicieron con el 65% de la riqueza rusa, todo esto mientras millones de rusos pasaban hambre y sufrían el terrible invierno ruso por falta de calefacción. La muerte y la pobreza se multiplicaron en Rusia en aquella época.
En este contexto, Vladimir Putin fue elegido presidente de Rusia en el año 2000 y lo primero que hizo fue actuar contra los ladrones que habían saqueado Rusia sin piedad. Algunos de estos oligarcas, como Vladimir Gussinsky o el padrino de la mafia rusa Boris Berezovsky, fueron obligados a abandonar el país. Otros como Mijhail Khodorkovsky, fue condenado a nueve años de prisión, algo ridículo comparado con todo lo que había robado. El gobierno de Putin recuperó el control de gran parte de los recursos naturales nacionales, lo que ha supuesto una gran mejora en la economía rusa, que no para de crecer desde entonces, al igual que el nivel de vida de los rusos. En 2008, por primera vez en muchos años, Rusia ha frenado su caída demográfica gracias a la mayor estabilidad económica y a las ayudas que el gobierno ruso destina para este objetivo. Todo esto se desconoce en Europa, pero sabiéndolo se entiende por qué Putin es tan popular en Rusia.
Esta guerra la inició Estados Unidos implantando la ley del más fuerte cuando atacó Iraq y cuando promovió la independencia de Kosovo respecto a Serbia, aliado de Rusia, contra toda la legalidad internacional, estableciendo un precedente que ya advertimos en su día que sería imitado por otras regiones ¿qué diría Estados Unidos si Rusia promoviera la independencia de Tejas o California y su anexión a Méjico? Además, también ha sido un test que Estados Unidos e Israel le han hecho a Rusia en vista al proyectado ataque que ambos países planean sobre Irán. Recordemos que Rusia se opone a este ataque, así que USA e Israel han querido comprobar cómo están sus ánimos bélicos. Por suerte, Rusia ha reaccionado de manera firme.
Desde Democracia Nacional felicitamos a Rusia por esta victoria, ya que le ha convertido en un contrapeso al poder americano-israelí. Este equilibrio de poderes es positivo ya que es una mayor garantía para que se mantenga la paz mundial. Pedimos a la Unión Europea y a Rusia esfuerzos por ambas partes para aumentar su cooperación. También pedimos a Europa que se salga de la OTAN, retire las bases y el escudo anti-misiles americanos y cree un nuevo pacto militar y energético con Rusia. También le pedimos que, en estos momentos de crisis energética, busque al máximo la independencia energética, sobre todo de los países musulmanes, y que se aleje de Estados Unidos, que nunca nos dará ni una gota de petróleo ni un centímetro cúbico de gas.
Coincidiendo con el inicio de los juegos olímpicos, rompiendo el acuerdo verbal que hay en todo el mundo respecto a no iniciar acciones bélicas durante las olimpiadas y aprovechando que Vladimir Putin estaba en Pekín, el presidente de Georgia, Mikhail Saakhasvili, lanzó un brutal ataque contra la población civil de Osetia del Sur, destruyendo su capital, obligando a decenas de miles de osetios a huir y matando a más de mil personas durante los primeros días, según la Associated Press, incluidos varios soldados rusos. Esto es algo que hasta el más fanático anti-ruso reconoce: Georgia fue la agresora.
Hay que ser muy ingenuo para creer que Georgia lanzó este ataque sin el permiso de Estados Unidos, y probablemente este apoyo americano fue lo que hizo que el presidente georgiano calculara mal la situación, ordenándole a su Ministro de Defensa, Davit Kezerashvili (que además de ser georgiano tiene la ciudadanía israelí) atacar Osetia. La respuesta rusa no se hizo esperar, el ejército ruso contraatacó derrotando al georgiano, obligándole a retroceder y a pedir un alto el fuego.
De inmediato, empezó la maquinaria de Estados Unidos y otros medios de comunicación de la derecha neocon hablando contra el “imperialismo ruso”, que el “autoritario” Vladimir Putin había respondido de manera “desproporcionada” actuando contra una “democracia” como Georgia, George Bush pidió a Rusia que se retirara porque “Georgia es un estado soberano” y que “Osetia del Sur forma parte de Georgia”. Pero señor Bush ¿Iraq no era un estado soberano en 2003 cuando usted ordenó invadir y bombardear ese país árabe sin motivo alguno? ¿Y Kosovo no era parte de Serbia? También habría que hablarles a todos los neocons del “imperialismo americano” en el Cáucaso (en todo el planeta, en realidad) y de sus pactos y ayuda militares a países fronterizos con Rusia. Rusia, al contrario que Estados Unidos, actúa en una zona cercana a su frontera, así que no hay ningún “imperialismo ruso” ¿qué dirían los Estados Unidos si Rusia estableciera pactos militares con Cuba o Méjico? También habría que decirles a los neocons que el “autoritario” Putin ganó limpiamente y con mayorías aplastantes unas elecciones democráticas tras otras y cuando se le acabó el plazo máximo para ser presidente, fue sustituido por la persona que él designó, otra vez por mayoría aplastante, mientras que el “demócrata” Saakhasviili llegó al poder en Georgia con un golpe de estado encubierto apoyado por Estados Unidos y el “demócrata” Bush llegó al poder tras unas polémicas elecciones probablemente fraudulentas.
Rusia es sin duda la “bestia negra” de Estados Unidos y del poder del Dinero mundial, su inmensa población, su independencia energética y su poder militar la hacen incontrolable, por lo que Estados Unidos quiere por lo menos neutralizarla. Para eso, intenta llegar a pactos con países fronterizos con Rusia, a los que quiere anexionar a la OTAN. Recordemos que si un miembro de la OTAN es atacado militarmente, el resto de miembros de la OTAN están obligados a ayudarle, es decir, si Georgia hubiera sido miembro de la OTAN, es muy probable que Rusia no hubiera respondido al ataque contra Osetia, porque hubiera tenido que enfrentarse a Europa, Estados Unidos y Turquía. Por otro lado, los grandes recursos energéticos del mar Caspio y de Asia Central también influyen en esta disputa. El año pasado, Putin llegó a un acuerdo con Kazajstán y Turkmenistán por el que Rusia se hacía prácticamente con el monopolio del gas de Asia Central, aunque estos países centroasiáticos aún no han cerrado las puertas definitivamente ni a Europa ni a USA.
Además, Rusia suministra energía a Europa a través de distintas rutas (Mar Báltico, Ucrania, Bielorrusia) y proyecta nuevas rutas a través del Mar Negro. Esto alarma a Estados Unidos y a la UE, que defienden la ruta energética que, saliendo del Mar Caspio, concretamente de Bakú (Azerbaiyán), pasa por Georgia y acaba en Ceyhan y Erzurum (Turquía), porque esta ruta deja fuera a Rusia. Su objetivo es enlazar esta ruta con el proyectado gaseoducto Transcaspio (Asia Central-Mar Caspio-Azerbayán-Georgia) y desde ahí suministrar a Europa a través de Turquía y del Mar Negro. Ciertamente, no sería inteligente por parte de Europa depender de una única fuente de energía ni de un único proveedor, pero Rusia desde luego es el menos malo, ya que Europa y Rusia comparten lazos históricos, culturales y religiosos, y ambos sufren por igual la islamización, la inmigración masiva y la baja natalidad. Toda colaboración puede acercar aún más a ambas partes y hacer que trabajen juntos para superar las dificultades. Esta colaboración es posible si Europa deja de hacer seguidismo de Estados Unidos en su política anti-rusa, lo que hace que Rusia, como represalia, exija a Europa contrapartidas económicas y políticas desproporcionadas y dificulte, o incluso corte, la llegada de gas y de petróleo a Europa. Porque no hay que olvidar que Europa sigue llena de bases americanas, lo que Rusia interpreta, con razón, como un amenaza a su seguridad nacional. Europa importa de Rusia el 32 por ciento del petróleo, el 40 por ciento del gas natural y el 17 por ciento del carbón que consume. Puede parecer excesivo, pero entre depender energéticamente de Rusia y depender de países musulmanes, es mucho mejor depender de Rusia.
Es lógico que la UE se involucre en este conflicto para apoyar rutas alternativas al no querer depender de un único proveedor ¿pero por qué se involucra Estados Unidos? Aparentemente no pinta nada en esta historia. Su objetivo no es tanto llevarse el petróleo de la zona (USA es productor de petróleo y el que importa lo consigue de Canadá, Méjico y Venezuela) sino impedir que caiga en manos “equivocadas” y asegurarse, además, de defender los intereses de las petroleras angloamericanas. Aparte de eso, el gran pánico de Estados Unidos es que Rusia y Europa estrechen lazos de cualquier tipo: económico, militar, energético o cultural, porque esto podría desembocar en la formación de un gigante europeo que le quitaría a Estados Unidos la supremacía mundial. Por eso, la política del país americano respecto a Europa y Rusia es la de sembrar cizaña constantemente, la del “divide y vencerás” y la desestabilización constante. Lo vemos en el apoyo americano a la entrada de Turquía en la Unión Europea, lo vemos en su apoyo a que Ucrania y Georgia entren en la OTAN, en su apoyo a la independencia de Kosovo o también lo vemos en la actualidad con la instalación de escudos anti-misiles de “defensa” en Polonia y la República Checa, que los americanos nos dicen que son para defender Europa de un “posible ataque iraní”, pero que en realidad están dirigidos contra Rusia. Como vemos, la mayoría de todas estas acciones son provocaciones gratuitas contra Rusia. Esto provocará la lógica respuesta rusa, que instalará misiles en algún lugar apuntando a Europa, lo que aumentará la tensión bélica. Por parte de Israel, su objetivo es transportar el petróleo del oleoducto Baku-Georgia-Ceyhan a Asia oriental por las terminales petroleras israelíes de Ashkelon y Eilat.
Hemos hablado antes de la postura del poder del Dinero Internacional respecto a Rusia. Este poder del Dinero que controla a Estados Unidos desde hace décadas, se hizo con el poder también en Rusia en los años 90. Es lo que se conoció en su momento como la “privatización”, que consistió ni más ni menos en el saqueo de todas las riquezas rusas por un pequeño grupo de ladrones conocidos como los “oligarcas”. En el proceso, estos oligarcas se hicieron con todo el petróleo, todo el gas y todos los minerales rusos, haciéndose billonarios en poquísimo tiempo. Con ese dinero, compraron bancos y medios de comunicación, aumentando aún más su poder. Se calcula que un grupo de no más de doce personas se hicieron con el 65% de la riqueza rusa, todo esto mientras millones de rusos pasaban hambre y sufrían el terrible invierno ruso por falta de calefacción. La muerte y la pobreza se multiplicaron en Rusia en aquella época.
En este contexto, Vladimir Putin fue elegido presidente de Rusia en el año 2000 y lo primero que hizo fue actuar contra los ladrones que habían saqueado Rusia sin piedad. Algunos de estos oligarcas, como Vladimir Gussinsky o el padrino de la mafia rusa Boris Berezovsky, fueron obligados a abandonar el país. Otros como Mijhail Khodorkovsky, fue condenado a nueve años de prisión, algo ridículo comparado con todo lo que había robado. El gobierno de Putin recuperó el control de gran parte de los recursos naturales nacionales, lo que ha supuesto una gran mejora en la economía rusa, que no para de crecer desde entonces, al igual que el nivel de vida de los rusos. En 2008, por primera vez en muchos años, Rusia ha frenado su caída demográfica gracias a la mayor estabilidad económica y a las ayudas que el gobierno ruso destina para este objetivo. Todo esto se desconoce en Europa, pero sabiéndolo se entiende por qué Putin es tan popular en Rusia.
Esta guerra la inició Estados Unidos implantando la ley del más fuerte cuando atacó Iraq y cuando promovió la independencia de Kosovo respecto a Serbia, aliado de Rusia, contra toda la legalidad internacional, estableciendo un precedente que ya advertimos en su día que sería imitado por otras regiones ¿qué diría Estados Unidos si Rusia promoviera la independencia de Tejas o California y su anexión a Méjico? Además, también ha sido un test que Estados Unidos e Israel le han hecho a Rusia en vista al proyectado ataque que ambos países planean sobre Irán. Recordemos que Rusia se opone a este ataque, así que USA e Israel han querido comprobar cómo están sus ánimos bélicos. Por suerte, Rusia ha reaccionado de manera firme.
Desde Democracia Nacional felicitamos a Rusia por esta victoria, ya que le ha convertido en un contrapeso al poder americano-israelí. Este equilibrio de poderes es positivo ya que es una mayor garantía para que se mantenga la paz mundial. Pedimos a la Unión Europea y a Rusia esfuerzos por ambas partes para aumentar su cooperación. También pedimos a Europa que se salga de la OTAN, retire las bases y el escudo anti-misiles americanos y cree un nuevo pacto militar y energético con Rusia. También le pedimos que, en estos momentos de crisis energética, busque al máximo la independencia energética, sobre todo de los países musulmanes, y que se aleje de Estados Unidos, que nunca nos dará ni una gota de petróleo ni un centímetro cúbico de gas.
Miguel Blasco.Departamento de prensa de Democracia Nacional ( http://democracianacional.org/dn/modules.php?name=News&file=article&sid=2379 )
:::::SOTO DEL REAL LUCHANDO POR DESTAPAR LA VERDAD:::::
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