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sábado, 23 de agosto de 2008

Cómo diseñar una cárcel: entre el reto arquitectónico y el ético

Desde la mazmorra al modelo de cárcel-hostal, la arquitectura penitenciaria se ha desarrollado unida a la percepción social del concepto de punición, un debate abierto entre los favorables a la reinserción y los que consideran las cárceles demasiado confortables. Para el arquitecto austríaco Josef Hohensinn, la cuestión está clara: "La cultura de un país se expresa también en el trato que se da a los grupos sociales más débiles y marginales", explica en una entrevista.

Para la arquitecta española Blanca Lleó la cuestión es a la inversa, "hay que reflexionar sobre lo terrible que es la calle, no sobre lo buenas que son las prisiones". Su equipo abrió las penitenciarías "a las características de una arquitectura digna, higiénica, saludable", donde los presos disfrutan del "derecho al trabajo remunerado, a un economato. En definitiva, a una vida digna".
Lleó, que proyectó prisiones como la de Jaén, se lamenta de que este tipo de construcciones hayan sido poco abordadas por los arquitectos de renombre. "Son servicios que la sociedad demanda para seres humanas y ese es uno de los ejercicios que hacemos los arquitectos. Ahora lo que más interesa es el lucimiento personal, de ensayo de formas muy llamativas", asevera
Lleó advierte que ahora deberían liberalizar las estructuras carcelarias, "todavía pertenecientes a otra época", especialmente en lo relativo al mobiliario de las celdas, mayoritariamente de hormigón en el caso español.
"No se puede hablar de lujo"
Hohensinn es el artífice de uno de los centros penitenciarios más sofisticados del mundo, situado en la localidad austríaca de Loeben y que, con sus espacios verdes, sus coloridas estancias para ocio y sus paredes acristaladas, rompe con la estética asfixiante de la prisión tradicional.

La privación de libertad es pena suficiente. A partir de ahí, es importante que a través de la calidad de la construcción no se arranque a las personas de la vida normal, puesto que con ello se logra también una mejor reinserción social", justifica. Hohenssin no fue ajeno al debate que causaba el supuesto lujo de la cárcel que diseño, aunque las reacciones airadas "se enfriaron rápidamente"."No se puede hablar de lujo", insiste, "y, de hecho no es una cuestión de dinero, sino de voluntad positiva de llevar a cabo una arquitectura más agradable para la vida". En Turín (Italia), desde junio y hasta octubre, la Fondazione Sandretto Re Rebaudengo (FSRR) enciende el debate con una exposición bajo el título de YOUPrison, en la que el diseño se acerca a la privación de la libertad y crea espacios con clara vocación artística.



El debate sobre las cárceles en difícil y complicado ya que no es lo mismo como lo ve una víctima llevada por la ira, venganza, dolor, miedo o un reo condenado que es el que va a soportar la condena. Es un debate que debería abordarse con tiempo y dedicación ya que se trata de la imposición de una pena que supondra el restar más o menos libertad a una persona. Bien, en este blog ,el que escribe no es partidario del modelo penitenciario actual y expondre el porqué.

El encerrar a una persona en un sitio sin que pueda salir no creo que ayude a nadie y menos a él. Normalmente se juntan entre ellos y el que ha entrado "de nuevas" suele salir peor que cuando entra por las malas compañias. La mayoría de estos casos es por la ociosidad ya que el ambiente y las conductas llevadas a cabo por todos los que integran las cárceles no es el adecuado.

Pues bien desde aquí me vuelvo a reafirmar en la necesidad de la vuelta a los trabajos forzados, sociales o como se quieran llamar. Es necesario que el condenado entienda que con una pena privativa de libertad no va a reponer ni compensar el daño producido y que la sociedad como ente indirectamente agraviado por la conducta del condenado debe ser resarcida de alguna manera, y la mejor manera que se me ocurre es la de desempeñar una serie de trabajos de carácter puramente social, pero no las horas comunitarias, si no trabajos obligados para la posible obtención de la libertad total en un futuro. La pena no solo tiene que pagarla a nivel individual el sujeto con la privación de libertad, además de resacir a la víctima o víctimas con dinero, si no que a todos, a la sociedad en general, nos debe algo y por ello debe hacer algo para resarcirnos a todos. Porque cuando violan, matan, asesinan, a alguien el daño es general, todos nos sentimos ofendidos y agraviados en cierto modo. Por eso deben ser castigados a título general con la imposición de trabajos forzados que repercutan en el bienestar general: asfaltar, construcción...lo que sea necesario.

Pero ojo, con esto no quiero decir que no este de acuerdo con mejorar la vida dentro del centro penitenciario, cuartos individuales, patios con cesped y demás comodidades, pero que no sea a título gratuito, es decir, que no lo disfruten así por que sí, si no que las disfruten después de haberse esforzado y haber sudado 10 o 12 horas de trabajo diarias.

Que estar en la cárcel sirva para que el criminal se reinserte y repercuta de una manera positiva en la sociedad y por tanto en todos los demás, que no tenemos porque pagar a nadie gratuitamente ninguna estancia sea mala o buena, porque la condena es por un mal que ha hecho a un particular y que esa condena la sufragamos los demás con nuestros impuestos de manera totalmente gratuita, regalándoles la infraestructura, comidas y demás. Basta de malas políticas penitenciarias, seamos inteligentes y hagamos las cosas bien que no cuesta tanto.
:::::SOTO DEL REAL A FAVOR DE UNA POLÍTICA PENITENCIARIA ÚTIL PARA TODOS:::::

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