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martes, 30 de septiembre de 2008

En defensa de la lengua y de la nación española.

Ante la proximidad de un nuevo 12 de octubre y a raíz de los últimos acontecimientos, es necesario recordar la importancia de defender, hoy más que nunca, la lengua y la nación españolas. La lengua española es la tercera más hablada del mundo y está en pleno auge por todo el planeta, pero en algunas regiones de nuestro propio país una serie de partidos endofobos como el PNV, ERC, CIU o el BNG, con la colaboración del PP y del PSOE están intentando eliminarla del ámbito público como paso previo para eliminarla también del privado y así crear una sociedad donde no se hable español y poder construir las nuevas “naciones” a las que aspiran los independentistas.
En Cataluña, la situación empezó con la Ley de Normalización Lingüística del año 1983, por la que el español empezó a ser desplazado en la Enseñanza, luego vino la Ley de Política Lingüística del año 1998, que aceleró aún más el proceso. Es de destacar que esta Ley fue aprobada con el apoyo indirecto del gobierno de José María Aznar, que presionó al Defensor del Pueblo para que no la recurriera al Tribunal Constitucional. La última vuelta de tuerca ha sido la reciente Ley de Educación Catalana, que legaliza de facto la inmersión lingüística y, lo más importante, supone la secesión educativa de Cataluña, ya que el gobierno catalán asume en la práctica todas las competencias educativas.

En la Comunidad Vasca, el gobierno prepara una reforma por la que el modelo educativo A (en castellano) irá desapareciendo gradualmente para implantar un modelo único plurilingüe, en el que el vascuence será la principal lengua vehicular. Este curso, el 95,2% de los 90.013 niños matriculados en Infantil (de 0 a 6 años) darán clase total o parcialmente en lengua vasca. Ahora, mucha gente puede pensar que todo esto es culpa de los diabólicos independentistas-socialistas y que el PP es la solución a este problema, como proclaman sus medios de comunicación afines, pero veamos lo que ha hecho el PP en otras comunidades. En Galicia, fue el PP de Manuel Fraga el que llevó a cabo la inmersión lingüística durante los años 80 y 90, que está siendo acelerada por el actual gobierno PSOE-BNG. En las Islas Baleares, el PP llevó a cabo una política lingüística parecida a la gallega e incluso en la Comunidad Valenciana han cogido el mismo camino, creando la Academia (anti)Valenciana de la Lengua y aprobando un nuevo Estatuto en el que el español deja de ser lengua propia de los valencianos.
En estas tres comunidades el PP tenía mayoría absoluta, así que no tenía la excusa de depender del apoyo independentista para actuar de esa manera. Además en sus ocho años de gobierno el PP nunca ejerció la alta inspección del Estado en materia educativa e incluso continuó la política de transferencias hacia las autonomías, política que se aceleró de manera importante cuando un tal Mariano Rajoy se convirtió en Ministro de Educación.

Lo peor es que ni siquiera se enseñan las auténticas lenguas, en Cataluña se enseña el dialecto barceloní como “catalán” y en Galicia, Comunidad Vasca y Comunidad Valenciana se enseñan unas lenguas que ni siquiera son el gallego, el vasco y el valenciano auténticos. Se inventa una historia en la que se presenta al español como “lengua invasora” cuando la realidad es que el español se habla en Cataluña desde hace siglos y no digamos en Galicia y en la Comunidad Vasca, que son castellanas desde hace ochocientos años.

Desde DN siempre defenderemos la gran riqueza cultural y lingüística que existe en España, pero esto no puede hacerse a base de destruir nuestra lengua común. El ataque a lo que nos une no se dirige sólo a nuestra lengua, sino también a nuestra unidad como pueblo. Hemos asistido los últimos años a una serie de reformas estatutarias que nadie pedía ni demandaba, que amenazan muy seriamente el proyecto de España como nación.
En esto ha colaborado activamente el PP, apoyando todas las reformas estatutarias, excepto la catalana, y votando a favor de la “nación” andaluza. Se convocan referéndums abiertamente ilegales mientras que la banda terrorista y comunista ETA vuelve a asesinar a un militar e incluso surgen imitadores en potencia de ETA que llevan la kale borroka a Cataluña, Galicia y al resto de España. Políticos de todas las regiones y de todas las ideologías se esfuerzan en buscar, o directamente, inventar, hechos pasados que puedan diferenciar a su comunidad del resto de España, las comunidades blindan el agua que pasa por su territorio mientras unas y otras se denuncian entre sí.
La invasión inmigrante ha provocado un agujero económico tan grande en algunas comunidades que se niegan a seguir transfiriendo recursos a otras regiones menos favorecidas.
Hablamos del ataque a nuestra lengua común, pero también a nuestra Historia, y no sólo por el hecho de que en algunas autonomías no se enseñe la historia y la geografía más allá de sus fronteras, sino que incluso en el resto de España la población y muy especialmente, la juventud, desconoce por completo la historia de su nación, su literatura, su pintura, su arte…Desde DN seguiremos reivindicando la historia del pueblo español, sus raíces celtíberas, a Roma, que nos unificó y nos dio el nombre, su lengua, su cultura y su civilización, a los germano-godos, creadores del primer reino independiente peninsular, recordaremos la lucha contra el Islam invasor y aquella gran gesta que fue la Reconquista, el auge y la caída de España como potencia mundial y tantas y tantas cosas de esa gran Historia que tiene España, con sus luces y con sus sombras, como cualquier otra nación.

Pero en las últimas décadas la izquierda empezó a rescribir esa historia, exagerando las sombras mientras omitía las luces. Décadas de lavado de cerebro desde los colegios, los institutos y, sobre todo, los medios de comunicación, han hecho que las nuevas generaciones no sólo desconozcan su historia, sino que la odien; la izquierda ha conseguido que muchos jóvenes odien su propia historia, su propia cultura y su propia nación, siendo el máximo exponente de este fenómeno los jóvenes conocidos como “antifascistas”.
Este es el principal problema de España, volvemos a recordarlo; el enemigo de España es interno, no externo, nuestro adversario más peligroso no es la inmigración masiva, ni la finanza internacional, ni los separatismos, ni ETA, ni la islamización creciente, sino gente que está mucho más cerca, gente que lleva décadas promoviendo el auto-odio y la auto-destrucción entre nosotros mismos, gente que desde el cine, la televisión, las discográficas, las editoriales y los partidos políticos se ha dedicado a criminalizar el sentimiento nacional español y a llamar “fascista” y “racista” a cualquiera que hablara de defender nuestra identidad nacional y de la necesidad de protegerla.

Las consecuencias podemos verlas hoy en día: el vacío espiritual ha abierto las puertas a un Islam agresivo que proclama abiertamente su intención de “recuperar” Al-Andalus, una inmigración masiva desbordada y completamente fuera de control, una política familiar y de aborto que ha llevado nuestra tasa de natalidad por los suelos y que amenaza nuestra supervivencia física a medio plazo, divorcios disparados y familias rotas con desastrosas consecuencias para los hijos, nadie tiene voluntad de crear una familia, porque el hedonismo radical está implantado en todas partes y nadie tiene la visión de futuro de tener hijos para asegurar el futuro de su nación, consumo de droga disparado en una juventud alienada y desarraigada, jóvenes agrediendo a sus padres y a sus profesores, que llenan las consultas de los psicólogos, sistema educativo devastado, con las consecuencias desastrosas que tiene eso para nuestra economía a medio plazo, un presidente que se declara orgulloso de su “pasado islámico” mientras reniega de su identidad cristiana, etc.

Pero a pesar de todo esto, a pesar de todos los ataques, a pesar de todo el lavado de cerebro de auto-odio que ha llevado a cabo la izquierda las últimas décadas, a pesar de los ataques de los separatistas y de los terroristas, no han conseguido derrotarnos, el sentimiento nacional sigue siendo demasiado fuerte en la mayoría de la población, incluso en unos momentos en los que está bajo mínimos.
El trabajo de Democracia Nacional consiste en recuperar ese sentimiento, en hacer que nuestros medios de comunicación dejen de llenar de basura los cerebros y las almas de nuestra gente y reflejen nuestros valores más altos, en vez de atizar los instintos más bajos como hacen ahora, en parar el actual proceso de invasión sin precedentes en nuestra historia, en implantar una economía social al servicio de los trabajadores y de los empresarios que crean riqueza real y productiva, en luchar contra financieros y usureros que crean dinero de la nada mientras destruyen el trabajo, hunden el poder adquisitivo de las ciudadanos y destruyen nuestra riqueza agrícola e industrial nacionales y, sobre todo, en hacer que el pueblo español redescubra sus raíces europeas y occidentales de nuevo.
Miguel Blasco.
Prensa DN.
Que pena que todos los partidos patriotas no se unan para la celebración del 12 de octubre y se haga, como todos los años, de manera separada cada uno en una punta de la geografía española.
Que pena que los grandes partidos como AN, DN, MSR y el futuro partido que se esta creando (fruto del CUNR) no lleguen a un programa de mínimos donde poder acercar posturas.
Que pena no poder estar todos unidos y luchar por lo mismo, porque no nos engañemos, somo españoles, europeos y en nuestra lucha coincidimos muchas veces.
Que pena no estar unidos y ser más fuertes frente a nuestros enemigos (que no son pocos) y poder llegar a más gente de manera más clara y directa.
Que pena que digan que no se puede cuando es que no quieren.

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